Último día en Lipno Nad Vltavou y para despedirnos de la visita a esta región, escogimos el pueblo de Vyšší Brod, pequeña localidad situada a orillas del RIO VOLTAVA en la cual nos llamó la atención una construcción un tanto especial el día de vuelta de České Budějovice.
Llegada y dejada del coche en un amplio parking situado a pocos metros de aquella construcción que nos llamó la atención el otro día que no es otro que el Monasterio de Vyšší Brod o la Abadía de Hohenfurth.
La entrada a la misma era por una puerta ubicada en unas murallas que rodeaban el lugar, a cuyo pie un letrero indicaba que nos encontrábamos ante una Abadía de origen Cisterciense. Lo que más nos extraño es que no hubiese alguien en la puerta para cobrar la entrada. Continuamos caminando hasta que ya observamos a un grupo de personas ante una puerta de una pequeña construcción, nos acercamos y vimos para nuestra desilusión que se trataba del recinto de la taquilla para sacar las entradas y poder visitar la Abadía por dentro.
La visita guiada solamente era en checo, alemán u holandés, el castellano y el ingles brillaban por su ausencia. Por señas unas veces y otras diciendo que eramos españoles en castellano, inglés y francés al final un caballero que se ve que chapurreaba el inglés nos consiguió la única hoja plastificada en castellano en la que se explicaba lo que se podía ver allí y que fotografiamos para recordar la explicación. Como quiera que había entrado un grupo hacia unos segundos y como nos daba igual que la guía nos lo explicase en cualquier de los tres idiomas disponibles, decidimos esperar al siguiente que era en alemán.
El Monasterio de Vyšší Brod y su Abadía, fue fundado por Vok de Rozmberk en el año 1259 que según la leyenda, lo realizó como un gesto de agradecimiento por ser milagrosamente salvado de las agitadas aguas del río Voltava, habiendo pedido ayuda a la Virgen María. Después de la familia Rozmberk, acudió la familia Eggenberg y en 1719 la familia Scharenberg. Este monasterio estuvo en manos de las SS durante el transcurso de los años 1941 al 1945, y entre 1950-1990 sirvió como museo mantenido por el estado. Fue devuelto a la orden cisterciense en 1991.
Antes de entrar propiamente en el interior de la Abadía, varios letreros persuasivos de que estaba prohibido hacer fotografías o tomar video en el interior, por lo que las pocas fotografías que pudimos sacar fueron a hurtadillas y casi con el beneplácito de la joven guía que observaba como nos quedábamos los últimos y oía el ruido del obturador.
Empezamos la visita por la iglesia del monasterio, construida casi al mismo tiempo que el mismo que tardó 100 años en terminarse hasta mediados del siglo XIV. De planta de cruz orientada al oeste, presenta una nave central y dos laterales de la misma altura que la anterior. En la nave transversal se encuentran cuatro pequeñas capillas. Las fotografías del interior de la iglesia, están tomadas desde la reja de entrada durante la espera a que la guía nos la abriese, una vez en el interior fue imposible de desmarcarse para obtener alguna más.
Después de la visita a la iglesia pasamos a la Galería de Pinturas que se construyó después de la reconstrucción neoclásica de las celdas monásticas entre 1835 y 1838 siguiendo los planos de Carlos Jambor de Český Krumlov. De esta galería pasamos al Pasillo de la Biblioteca. Conserva literatura especializada del siglo XIX y principios del XX. Tras esta sala pasamos a la Sala Filosófica que guarda notables obras sobre todo de tipo filosófico.
Sala Teológica la más grande y mejor decorada del conjunto bibliotecario, conteniendo literatura teológica con una colección de Biblias en más de 40 idiomas, encuadernadas en cuero de cerdo confeccionados a mediados del siglo XVIII por el Abad Quirin Mickl. En el techo de esta sala se puede ver un fresco con el motivo bíblico del Nuevo Testamento representado a Jesús a la edad de 12 años enseñando en la iglesia de Jerusalén, el fresco es obra del fraile Lucas Vávra. Como dato, comentar que en la actualidad la biblioteca contiene más de 70.000 volúmenes, 200 manuscritos en pergamino, 1.000 en papel y 400 incunables.
Concluida la agradable y sorprendente visita al monasterio, decidimos visitar por un momento el centro de la ciudad que sorprendentemente en un buen tramo de su calle principal, nos encontramos con gran número de establecimientos en los que se podía encontrar casi de todo, eso si la totalidad estaban regidos por orientales, es decir lo que en España llamamos “Chinos”.
Oficina de Turismo. Situada en un pequeño parque en el centro de esta pequeña ciudad, se encuentra este bonito edificio. Como es habitual, no podría faltar la estatua de San Juan de Nepomuceno, patrón de Bohemia.
Tras un buen rato visitando estas tiendas nos fuimos a ver la bonita Iglesia Parroquial de San Bartolomé construida alrededor del año 1259, destruida por los Husitas y reconstruida en el siglo XV, teniendo sucesivas reformas hasta el siglo XIX presentando el estilo neogótico que se puede apreciar en la actualidad. Como curiosidad decir que la torre data de 1864. En su entorno un bonito y muy cuidado cementerio.y el cementerio adyacente.
Como quiera que eran ya cerca de las cuatro de la tarde y por supuesto no había ningún restaurante abierto. Las últimas compras realizadas fueron varios packs de cerveza y tabaco que estaba más barato que en España.
Regreso al apartamento, comida en el mismo, tarde de descanso para luego hacer el equipaje ya que a la mañana siguiente abandonaríamos el mismo y nos iríamos a Praga para pasar allí dos noches y después regreso a Madrid.
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