Era el primer viaje a Francia en el que no teníamos que hacer noche antes de llegar a destino que era el Camping Les Granges en la pequeña localidad de Grolejac en el departamento de Dordoña.

Llegamos bastante ya caída la tarde por lo que apenas nos dió tiempo a registrarnos, descargar el equipaje y recorrer un poco el camping, cuyas fotos desgraciadamente las he perdido.

La visita del día siguiente sería a la localidad de Domme, apenas a 9 kilómetros del camping por una carretera estrecha y bastante tortuosa.

Esta pequeña localidad fue empezada a construir en 1281 por Felipe el atrevido en un acantilado sobre el río Dordoña con recinto amurallado como una bastida pero en lugar de tener una sola plaza como era habitual, esta tenía dos.

Mirador Belvedere de la Barre. Tuvimos suerte y dejamos el coche en unas plazas de parking habilitadas entre las murallas muy cerca del donde se encuentra el Busto de Jacques de Maleville, jurista y político francés.

Este mirador se encuentra a escasos metros de la Place de la Halle y de el Ayuntamiento que igualmente acoge la Oficina de Turismo. Se trata de una construcción del siglo XV pudiendo ser visitada solo en una parte de la misma. La fachada parece que corresponde al siglo XVII.

Unos metros antes de llegar al Ayuntamiento se encuentra la Eglise Notre-Dame-de-l'Assomption, una construcción de mediados del siglo XVII bastante sencilla. Con nave de bóveda de cañón y pequeño rosetón con las figuras de la Virgen y el Niño.

Dejando atrás la Place de la Halle nos dispusimos antes de comer a pasear por la calle que sale bajando hacia las murallas llamada Grand Rue que constituye la parte más comercial de esta localidad, con numerosas tiendas de souvenirs pero sobre todo a los productos relacionados con el pato y la oca aunque a unos precios bastante elevados.

Estando en el exterior de una de esas tiendas, levanté la mirada y casi esquina de esta calle con otra llamada Rue des Consuls me fijé en una Fachada bastante particular de estilo gótico con un reloj sobresaliendo y funcionando. Acercándome pude observar como una inscripción indicaba Hôtel de Ville con la puerta de arco ojival y parte superior con almenas. Después de indagar muchas horas acerca de este edificio, lo único que he podido averiguar es que se trata de una construcción del siglo XIII y que en su día fue igualmente sala de justicia.

Como consideramos que era aun pronto para comer, continuamos bajando por la Grand Rue donde además de ver tiendas de todo tipo, también pudimos observar las Casas típicas, hasta llegar a la Place de la Rode, donde nos encontraríamos con el omnipresente Monumento a los caidos pero con la peculiaridad de este estaba dedicado a las dos guerras mundiales

En esta misma plaza nos encontramos con una Fuente y el Antiguo lavadero con su tanque depósito adornado con bahías ciegas, donde se depositaban los excedentes de agua de la red urbana que las traían desde una manantial fuera de la bastida, penetrando por Porte des Tours hasta la Place de la Halle. Esta red estuvo en funcionamiento hasta 1965.

Este pequeño paseo nos sirvió para que pensáramos en buscar un lugar para comer pues la hora se respeta bastante en estas latitudes y si no estas atento te encuentras con la cocina cerrada. De vuelta a la Place de la Halle escogimos un restaurante al azahar pues en todos la carta más o menos era la misma con la típica Ensalada con Foie Gras y Confit de Carnard por cierto perfectamente aliñada.

Terminamos de comer y nos dirigimos según el plano que nos habían facilitado a ver las tres puertas que quedan de las murallas de la ciudad.

Dejamos la Place de la Halle para tomar la Rue Marguerite Mazet y continuar por la Rue de la Porte Delbos para visitar la puerta del mismo nombre. Construida en el siglo XIV se supone que se usaba para que los habitantes salieran a buscar leña. En su parte superior unas ruinas que pudiera ser la sala de guardia. A ambos lados se ven las aperturas de sendos arqueros.

Caminando por la calle interior paralela a las murallas y a penas 250 metros nos encontramos con la Porte de la Combe por la que se supone la gente salía en busca de agua a las diversas fuentes de fuera de la bastida.

Por la parte interior se puede ver aún los restos de una Escalera que serviría para subir a la parte superior de la muralla.

A poco más de 300 metros continuando por las murallas nos encontramos con la Porte de Tours y sus dos torres circulares sel siglo XIII que sirvieron como prisión de los Templarios durante los años 1307 al 1318. Tiene la particularidad de que su parte intramuros no se parece en nada a la parte exterior como se ve puede ver en la fotografía.

Terminada la visita a Domme y como aun quedaba alguna hora de luz, decidimos desplazarnos hasta Salignac-Eyvigues a unos 30 kilómetros al norte.

Esta elección no fue por casualidad, se debió a que en el viaje de Madrid al Camping de Grolejac observé como al pasar un pequeño pueblo se quedaba de lado un bonito castillo quedándome con el nombre de aquella localidad que no era otro que el mencionado anteriormente.

El castillo en cuestión es una construcción empezada en el siglo XII y terminada en el siglo XVI con posteriores restauraciones aunque no en las murallas que le rodean pues se las veía bastante deterioradas. Fue comprado por la familia Salignac-Fénelon en 1912 por lo que es una propiedad privada y no se puede visitar. Fue declarado monumento histórico francés en 1969.

A pocos metros del castillo nos encontramos con la Iglesia de Sant-Loup de Eybénes construida entre los siglos XII y XV por lo que comprende los estilos románico y gótico de una única nave.

Del siglo XII queda la nave, el coro y la capilla norte. Del siglo XV nos encontramos con la capilla norte y la torre campanario. Como el castillo es monumento histórico francés desde 1969.

Terminada esta visita dimos por concluido el día aunque aun nos quedaban unos pocos kilómetros hasta el camping.