Salimos de Amboise pasadas las 17,00h y llegamos a Troyes cerca de las 20,30h después de recorrer los 305 kms. que separan ambas poblaciones, por lo que ya no nos apeteció ir al centro y nos quedamos en un restaurante cercano a cenar.
Un poco de historia nos lleva a sus primeros habitantes en el siglo I a.C. según vestigios encontrados. Su actividad textil se desarrolla desde el siglo XII que pasó a ser propiedad de los Condes de Champagne hasta el siglo XX. En la actualidad aparte de la actividad citada, la principal es el turismo por el importante tesoro monumental que guarda ente su viejas y cuidadas calles, que según dicen si se observa desde el aire, el centro histórico tiene forma de tapón de champagne.
Nuestro recorrido a la mañana siguiente comienza en el Parking Argence situado en la Place Jean Moulin y el Boulevard Gambeta, parking al aire libre pero con precios muy asequibles. En el centro de la mencionada plaza se encuentra la Fontaine Argence construida gracias al alcalde de la ciudad desde 1859 a 1870 Desideré Argence que legó su fortuna a la ciudad. Fue inaugurada el 14 de julio de 1897 y consta de una pila octogonal de 10 metros de diámetro con cuatro personas de hierro fundido coronados por otra pila y un grupo de niños obra del escultor Mathurin Moreau.
A pocos metros de la mencionada plaza caminando por Rue de la Republique podemos ver el Marché des Halles construido por el arquitecto Emile Bailly en 1876. Para su construcción se inspiró en Las Halles de Paris construido por Victor Baltard. Los elementos empleados típicos de la época son el hierro fundido, piedra y ladrillos. La estructura metálica es de los talleres Creusot y principalmente la componen dieciocho columnas que soportan la bóveda. La planta de entresuelo se agregó en 1987.
A espaldas de Des Halles se encuentra la iglesia de Saint-Remy una de las mas antiguas de la ciudad teniéndose constancia de la misma desde el siglo X cuando aun se encontraba fuera de las murallas de la ciudad dependiendo de los canónigos de la catedral. En el siglo XIII como consecuencia de encontrase ya dentro de los muros de la ciudad, la misma sufrió diferentes ampliaciones y remodelaciones. El campanario del siglo XII se rehabilitó en 1360 y se le añadió la aguja cubierta de pizarra.
En la torre del campanario se puede observar un reloj de sol del siglo XVIII y a sus laterales se contemplan las pinturas de San Remy y su madre. El pórtico de entrada del siglo XV se encuentra resguardado por un porche del siglo XIX. Por desgracia no pudimos acceder a su interior por estar cerrada.
Desde la iglesia mencionada retomamos la Rue de la Republique hasta encontrarnos con la Place Maréchal Foch en la que se ubica el Ayuntamiento. Construcción de estilo Luis XIII bajo la dirección del arquitecto Louis Noblet cuya primera piedra la puso el alcalde de la ciudad Joseph de Vienne el ocho de julio de 1624. En 1625 la planta baja estaba construida pero por razones económicas la obra se tuvo que paralizar no reinicializandose las obras hasta 1699 bajo la dirección de Pierre Cottard aunque se tuvieron que realizar diversos retoques hasta 1703. Las alas fueron construidas posteriormente entre 1933 y 1937.
En el nicho central de la fachada se puede ver la estatua de Minerva, diosa de la sabiduría, de las artes y de la guerra. En la parte inferior se puede leer una inscripción que dice "Unidad, Indivisibilidad de la República. Libertad, igualdad, fraternidad o muerte".
Desde la misma Place Maréchal Foch tomamos la Rue Aristide Briand, Rue Claude Huet, Rue Charbonnet hasta llegar a la Rue de la Madeleine para visitar la Iglesia de Sainte-Madeleine. Lo primero que veremos es la portada al antiguo cementerio, en la actualidad Jardín des Innocents, en estilo gótico flamígero obra de Martin de Vaux en 1525. Como consecuencia que en 1776 se prohibieron los entierros intramuros este cementerio junto con otros existentes fueron abandonados. Una vez dentro del jardín un poco abandonado y por supuesto ni rastro de sepulturas, lo único que podemos ver es la puerta con porche que se abrió en 1550 para dar acceso directo a la iglesia.
Abandonamos el jardín saliendo de nuevo a la calle y entrar en el interior de la iglesia en si. Se trata de la iglesia más antigua de la ciudad, habiéndose iniciado su construcción en el siglo xII en estilo románico, aunque alrededor del año 1.200 se reconstruyó en estilo gótico emergente conservándose algunos elementos románicos en la nave. Alrededor del año 1.500 tanto el ábside como el jube o coro alto que no es mas que una especie de tribuna donde se situarían como dice su nombre la coral, es obra del escultor Jean Gailde. En principio la piedra era policromada pero sin embargo en el siglo XVIII perdió el color al igual que los muros de la iglesia.
Entre las vidrieras existentes podemos apreciar la del árbol de Jesé de principios del siglo XVI.
Dejamos la iglesia de Sainte-Madeleine para continuar por la misma calle hasta la Rue Charbonnet y encontrar con uno de los rincones mas famosos de la ciudad, el Ruelle des Chats o el callejón del gato que une la calle mencionada con la rue Champeaux. Reconstruido después del incendio de 1524, muestra una típica calle empedrada medieval con sus casas de entramado de madera que para hacerlas más grandes la superficie la inclinaban hacia la calle haciendo que en la parte superior las casas se llegasen a tocar, de tal forma que se decía que un gato podía pasar de una casa a otra sin tocar el suelo y de ahí su nombre.
Una parada en uno de los bares-restaurantes de la Rue Champeaux para comer un sandiwch lo más rápido posible y continuar hasta la Rue Emile Zola para tratar de llegar hasta la Iglesia de San Pantaleón a la cual nos costo llegar un poco, toda vez que no se encuentra muy a la vista. Situada en la Rue Turenne al final de la rue Emile Zola y con entrada por la rue Vauluisant, fue construida a principios del siglo XVI con la donación de las grandes familias de la ciudad. Muy pocos años después en 1524 sufrió junto con el resto de la ciudad un gran incendio. Las capillas de la parte sur por fortuna fueron poco afectadas y se reconstruyeron en pocos años a su estilo original gótico, mientras que las del norte muy dañadas sufrieron bastante retraso en su reconstrucción y se hicieron en estilo renacentista.
El interior de una sola nave presenta una gran colección de esculturas del siglo XVI asi como en las capillas adyacentes, en una de las cuales podemos ver el Arresto de Saint Crépin y Saint Crépinien obra de mitad del siglo XVI en madera policromada. Otro detalle a observar es su bóveda de madera que se construyó entre 1660 y 1675.
De nuevo en la rue Emile Zola la calle comercial de la ciudad, pudimos admirar un conjunto de las típicas casas de entramado de madera. Nuestro próximo objetivo era la Basílica de San Urbano de la que nos separaba unos 650 metros, después de pasar de nuevo por la Place Maréchal Foch y continuar por la rue Urbain IV. En apenas diez minutos nos encontramos en la plaza Vernier donde se encuentra ubicada la mencionada basílica.
La historia de su construcción comienza cuando un ciudadano de Troyes llamado Jacques Pantaleón hijo de un zapatero se convirtió en Papa en 1261 bajo el nombre de Urbano IV. En 1262 compró las casas que el taller de su padre tenia alrededor y decidió construir una iglesia en honor al Papa Urbano , sin embargo no tuvo la oportunidad de ver empezar su construcción ya que falleció en 1264 toda vez que las obras que comenzaron ese mismo año y en 1266 ya estaban levantados el coro y el crucero. Los trabajos por diversos motivo se detuvieron a finales del siglo XIII reanudándose a finales del siglo XIV. Se trata de una obra de estilo gótico tardío.
La fachada principal u occidental se encuentra compuesta por tres portales del siglo XIII con el tímpano de el central representando el Juicio Final.
El interior se compone de una sola nave y tres ábsides con capillas que no se comunican entre si. Una cosa que llama la atención es la gran cantidad de esculturas existentes casi todas del siglo XVI como por ejemplo esta de San Juan y una pila bautismal del siglo XV que proviene de la iglesia de Saint-Jacques-aux-Nonnains. Una pequeña vuelta más por el exterior para dirigirnos a nuestra próxima visita.
Abandonamos la basílica y nos dirigimos por su lateral Rue de la Cité cuando a unos quinientos metros nos encontramos con la Catedral de San Pedro Y San Pablo que según dicen es de las más bonitas de Francia de estilo gótico y cinco naves, una central, dos laterales y dos auxiliares.
Construida sobre otra destruida en 1188 por un incendio, su obras comenzaron en 1260 por el transepto y parte de la nave a partir de 1310, sin embargo la Guerra de los Cien Años (1137-1453) interrumpió las obras. En 1554 el arquitecto Martin Chambiges terminó la fachada occidental dejando la base para la torre de Saint-Pierre que no se concluyó hasta 1634. En un principio como era costumbre esta catedral iba a tener dos torres, una la mencionada y otra dedicada a Sain-Paul que no se pudo llevar a cabo por dificultades económicas. Aparte de por sus figuras y tapices, es famosa por sus vidrieras que tienen una extensión de 1500m² de las que destacan las del coro del siglo XIII que representan a María, San Juan y escenas de la biblia. También merece la pena la observación del órgano del siglo XVIII.
Terminada la visita a la catedral y continuando por la Rue de la Cité a unos 200 metros nos encontramos con la Iglesia de Saint-Nizier. Se trata de una construcción del sigloXVI y su torre acabada en 1619. Destacan su techumbre cubierta por tejas barnizadas al estilo borgoñón. A su interior no pudimos acceder ya que el horario no siempre es el mismo, por lo que si alguien está interesado en visitarlo lo mejor es informase anteriormente.
No podíamos marcharnos de esta ciudad sin visitar uno de los elementos últimamente más emblemáticos de la misma como es su Corazón ubicado en Quai de Dampierre junto al canal del río Sena en el centro de la ciudad. Es obra de Michèle y Thierry Kayo-Houël que diseñaron los planos y los archivos en 3D. La ejecución de la obra corresponde a la empresa Sotralinox. Esta compuesta por 200 piezas de acero inoxidable de una tonelada y media de peso con unas dimensiones de 4 metros de largo, 3,5 metros de alto y 2 metros de profundidad. Cuando más merece la pena visitarlo es por la noche en la que las luces rojas por medio de un programa informático y una cámara simulan los latidos del mismo.
La noche se iba acercando y al día siguiente nos tocaba recorrer 500 kms. hasta Bonn nuestra próxima parada aunque solo para dormir, por lo que decidimos ir hacia la zona del Ayuntamiento y buscar algún lugar para cenar algo antes de irnos para el hotel y decir un hasta siempre. Sin lugar a dudas una ciudad digna de visitar.
Fuentes: Página WEB del portal Turismo de Troyes y folletos explicativos en la Oficina de Turismo e iglesias.
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