Este día decidimos hacer una visita a un lugar que nos quedo pendiente de realizar durante nuestra estancia en Austria en el verano del 2003, se trata del MauthauseN Memorial a 78 kms. de Lipno Nad Vltavou.
Habíamos elegido un mal día, cielo encapotado que presagiaba lluvia y una bajada de la temperatura considerable a pesar de que era veinte de julio. La carretera como ya la he descrito en capítulos anteriores, es decir bastante irregular hasta la frontera con Austria. De aquí a Linz aunque seguía siendo de doble sentido pero era más ancha y mejor asfaltada. Pequeño tramo de autovía en la circunvalación de Linz y de nuevo carretera de doble sentido, pero en esta ocasión mucho más ancha que lo habitual por estos lares.
Alguna que otra pérdida al llegar a Mauthausen porque el GPS no tenía señalado el punto del Memorial, pero al final acabamos encontrándole. Pequeña carretera que conduce de la ciudad a este lugar, aparcamiento bastante amplio pero con poquísimos coches, apenas diez, donde aparcamos para dirigimos a la recepción para adquirir las entradas.
La historia de este campo comienza con la llegada de los primeros presos del campo de Dachau el 8 de agosto de 1938, cinco meses después de la anexión de Austria por parte de Alemania. Este lugar al igual que después el cercano campo de Gusen (1940) fue elegido por su proximidad a una cantera de granito existente. En un primer momento, los presos fueron empleados para la propia construcción del campo además de trabajar para la empresa de las SS “Deutsche Erdund Steinwerke GMBH” para la producción de materiales que se empleaban en otras obras monumentales de la Alemania nacionalsocialista.
Este campo de Mauthausen junto con el de Gusen, fue considerado como el único de la “Categoría III”, por su condición de severidad a la hora de la detención, siendo uno que presentó una de las mortalidades mas altas de su tiempo. A finales de 1942 Mauthausen, Gusen y subcampos contaban con 14.000 presos , que en marzo de 1945 se elevaban a 84.000.
Durante la segunda mitad del año 1944, llegaron a Mauthausen miles de presos evacuados desde los campos de concentración del este, y además en la primavera de 1945 se cerraron los subcampos al este del que hablamos, así como los campos existentes para los judíos húngaros. Estos cerramientos supuso que Mauthausen/Gusen y en los subcampos aun existentes de Ebensee, Steyr y Gunskirchen la superpoblación fuera absoluta, llevando consigo que la mortalidad sufriera un alza bastante más que considerable por el aumento del hambre y enfermedades.
En Mauthausen la mayoría de los deportados fueron polacos, seguidos por ciudadanos soviéticos y húngaros así como grandes grupos de austriacos, alemanes, franceses, italianos y españoles. En total las SS registró presos de 40 nacionalidades. Se calcula que entre la fecha de la apertura del campo en agosto de 1938 hasta la liberación por parte del ejército de los Estados Unidos en mayo 1945, pasaron por Mauthausen cerca de 200.000 presos, de los que 10.200 fueron asesinados en la cámara de gas del cercano campo de Gusen , en las instalaciones del castillo de Hartheim o bien en un vehículo adaptado que hacía el transporte de presos de Mauthausen a Gusen. De esta cantidad hasta los 100.000 que murieron entre estos dos campos citados y sus subcampos, fueron víctimas de la propia fuerza del trabajo, por malos tratos, alimentación insuficiente, vestimenta deficiente para el frio y total desatención médica. Casi todos fallecieron en los cuatro meses que precedieron a la liberación.
Desde la recepción a la entrada apenas hay unos doscientos metros para atravesar la puerta por donde en su día entraban los presos. Nada mas entrar un gran patio donde formaban a los mismos y en el cual ya empezaban las vejaciones y los malos tratos por parte de las SS. El muro derecho de ladrillo del mencionado patio, es el llamado Muro de la Lamentaciones en el que se encuentra diversas placas recordando aquel horror.
Subiendo unas pequeñas escaleras de piedra, nos encontramos ya en el gran patio conocido como Plaza de las Formaciones, en el cual todos los días tenían que formar los presos para su recuento tres veces y ya a partir de 1943 dos veces. A ambos lados de esta plaza nos encontramos con los barracones, por cierto restaurados, en los que realmente pudimos ver las miserias que sufrieron allí. Empezamos por el de las duchas comunes y de agua fría que al pensar en el durísimo invierno de estos parajes es ya para ponerse a templar. De este pasamos a los tres o cuatro mas duros de la visita que son los que sirven para exponer una serie de grandes paneles contando las atrocidades cometidas por las SS y con los nombres de los sus mandos.
A continuación de estos pasamos a los que albergaban la Cámara de Gas, la sala de enfriamiento de cadáveres, la Sala de disección y los Hornos crematorios, diversos barracones donde se hacinaban a los presos, dos pequeños cementerios y para terminar la visita al recinto con la pequeña capilla, lugares que sirven para no olvidar lo que pasó y luchar para que esto no suceda más.
Ya en el exterior y para terminar nuestra visita paseamos un poco en el Parque de los Monumentos, espacio donde todas las naciones que tuvieron víctimas en este lugar levantaron los mismos en su recuerdo, entre ellos España.