El nombre de Rascafría. Se dice que en un principio el pueblo se llamó "Rocas Frias" debido al intenso frío de este paraje. Con el paso del tiempo y debido a la corrupción del lenguaje paso a denominarse "Rascafría". Existe otra versión la cual nos lleva al Diccionario y ver como la voz "RASCA", significa frío intenso, por lo que bien pudiera ser la unión de las dos palabras "Rasca Fria".
En cuanto a OTERUELO y de nuevo nos vamos al Diccionario, la voz "OTERO" significa cerro aislado que domina un valle, como en este caso el cerro no es lo bastante alto, pasó a denominarse "OTERUELO"..
Gentilicio: Rascafrianos/as - Rascafrieños/as - Oteruelanos/as
El territorio de Rascafría y Oteruelo del Valle ha estado históricamente vinculado a la cuenca alta del río Lozoya, una región con una gran riqueza natural. Aunque no se han encontrado pruebas definitivas de asentamientos prehistóricos, es probable que hubiera presencia humana desde el Paleolítico, dada la cercanía de recursos hídricos y bosques propicios para la caza y la recolección.
Durante la época romana, no se conocen restos significativos en la zona, lo que sugiere que este territorio no tuvo un papel relevante en la red de comunicaciones romana de la península. Sin embargo, el área pudo ser utilizada para el pastoreo y el suministro de recursos naturales.
Con la llegada de los visigodos (siglos V-VIII), la región siguió siendo una zona de difícil acceso, utilizada principalmente por poblaciones dedicadas a la ganadería y a la explotación de los bosques. Tras la invasión musulmana en el siglo VIII, la sierra de Guadarrama quedó en la denominada Marca Media, una franja fronteriza entre los reinos cristianos del norte y Al-Ándalus. No hay constancia de asentamientos islámicos en la zona, pero sí de su uso como pastizales de verano y refugio para grupos de bandoleros y pequeños destacamentos militares.
En el siglo XI a partir de la conquista de Toledo en 1085 por Alfonso VI, la Sierra de Guadarrama pasó a formar parte de los territorios bajo control cristiano. Comenzó entonces un proceso de repoblación dirigido principalmente por Segovia, que ocupó el Valle del Lozoya con pobladores procedentes del norte de la península. En esta época se organizó la comunidad de Villa y Tierra de Segovia, que dividió el Alto Lozoya en cuatro cuadrillas: Rascafría, Oteruelo, Alameda y Pinilla. A los nuevos pobladores se les otorgaron quiñones de tierra y derechos sobre los pastos, con la condición de edificar viviendas y mantener caballos para la defensa del territorio.
Durante el siglo XII la expansión de la ganadería ovina, favorecida por la Mesta y por los privilegios concedidos a los concejos segovianos, consolidó la economía del valle. Rascafría y Oteruelo quedaron adscritos al sexmo de Lozoya, dentro de la jurisdicción segoviana. La organización del territorio se centró en el aprovechamiento de los pastos comunales, sin grandes cambios en la estructura poblacional. En esta época se empezaron a construir los primeros caminos para facilitar la trashumancia y la conexión con Segovia.
En el siglo XIII el valle se consolidó como una importante zona de paso y descanso para los rebaños trashumantes que bajaban desde la Meseta Norte hacia las tierras de Extremadura. Los habitantes del valle se dedicaban fundamentalmente a la ganadería, complementada con una incipiente agricultura de subsistencia. Se establecieron pequeñas aldeas y caseríos dispersos, organizados en torno a quintas y alquerías ligadas a los concejos segovianos. En esta época comenzó a consolidarse la propiedad comunal de los montes y pastos.
En el siglo XIV, el rey Juan I de Castilla en 1390 fundó el Monasterio de El Paular, lo que tuvo un gran impacto en la economía de la zona. El monasterio recibió importantes privilegios y extensas propiedades en el valle, que en los siglos posteriores se convertirían en el principal motor económico de la región. A finales de siglo, se empezó a explotar el bosque de Valdelozoya para el suministro de madera al monasterio y otras construcciones en Segovia.
En el siglo XV, los Reyes Católicos confirmaron los privilegios del Monasterio de El Paular, otorgándole nuevos derechos sobre la explotación forestal y la pesca en el Lozoya. El monasterio impulsó el desarrollo de la zona con la construcción de molinos, puentes y caminos, además de introducir mejoras en la agricultura y la ganadería. Rascafría y Oteruelo, aunque seguían perteneciendo a la Comunidad de Segovia, estaban ya bajo una fuerte influencia de la cartuja.
Durante el reinado de Carlos I y Felipe II en el siglo XVI, la cartuja alcanzó su máximo esplendor económico. Sus propiedades se extendieron por toda la Sierra de Guadarrama, incluyendo tierras en Extremadura, Getafe y Talamanca. En 1593, Rascafría tuvo que pagar más de 70.000 reales al monasterio tras un pleito por la propiedad de los terrenos. Se construyeron varios puentes y se mejoraron los caminos, facilitando el transporte de la madera y otros productos hacia Madrid y Segovia.
En el siglo XVII Rascafría, Oteruelo, Alameda y Pinilla en 1656 fueron vendidas al Monasterio de El Paular, que pasó a tener jurisdicción sobre ellas. Sin embargo, en 1665, la ciudad de Segovia recuperó estos territorios tras comprarlos de nuevo. La ganadería siguió siendo la base económica del valle, pero las frecuentes nevadas y el aislamiento dificultaban el desarrollo agrícola. Se consolidaron las primeras fábricas de papel en la zona, aprovechando los recursos hídricos del Lozoya.
Durante el siglo XVIII la cartuja siguió dominando la economía local, aunque la decadencia de la Mesta afectó a la rentabilidad de la ganadería trashumante. En 1751, el Catastro del Marqués de la Ensenada registró 206 vecinos en Rascafría y 49 en Oteruelo. La población vivía en casas bajas de piedra, dedicadas a la cría de ganado y el cultivo de cereales en pequeñas parcelas. En 1789, Carlos III logró la independencia de la Cartuja española de la Gran Chartreuse en Francia, lo que consolidó aún más el poder de El Paular.
Durante el siglo XIX, España vivió entre otros dos hechos muy importantes. En 1833 Javier de Burgos promovió la nueva división provincial, mediante la cual Rascafría y Oteruelo pasaron a formar parte de la provincia de Madrid, rompiendo su vínculo histórico con Segovia. La desamortización de Mendizábal en 1835 supusieron la exclaustración del Monasterio de El Paular, cuyos bienes fueron vendidos a particulares.
A finales del siglo, la construcción de fábricas de papel y la explotación forestal dieron un nuevo impulso a la economía, aunque la población se mantuvo estable en torno a los 1.000 habitantes en Rascafría y 220 en Oteruelo.
Igualmente el siglo XX trajo cambios significativos, especialmente con la Guerra Civil, que afectó gravemente al patrimonio de la zona. Durante la posguerra, Regiones Devastadas reconstruyó iglesias y viviendas dañadas. En 1975, Oteruelo se anexionó a Rascafría, dejando de ser un municipio independiente.
El turismo se convirtió en la principal actividad económica a partir de la década de 1960, con la creación de infraestructuras en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y las estaciones de esquí de Valdesquí y Cotos.
Hoy en día en la primeras décadas del siglo XXI, Rascafría y Oteruelo son destinos turísticos destacados, con un importante patrimonio natural y arquitectónico, en especial el Monasterio de El Paular y su entorno.
Empezamos nuestra visita por la Plaza de la Villa donde se encuentra el singular edificio del Ayuntamiento, construido a principios del siglo XX en estilo neomudéjar sobre las ruinas del anterior Ayuntamiento destruido por un incendio. En las alas del mismo edificio estuvieron ubicadas las antiguas escuelas, diferenciándose muy bien cual era la ala dedicada a la escuela de niñas y la otra a la escuela de niños, debido a que aún se pueden leer los rótulos en la parte superior de las mismas, estando en funcionamiento hasta principio de los años 80 del siglo XX.
El edificio consta de dos alturas, teniendo adosado a su lateral izquierdo un frontón. Se encuentra constituido por dos cuerpos rectangular a modo de alas, unidas transversalmente por un tercer elemento retranqueado respecto a la línea de la fachada, configurando un porche con tres alquerías y balconada superior de tres vanos, siendo coronado por una espadaña de tres bandas: reloj, hueco con arco de medio punto en el que se aloja una campana, estando flanqueado por columnillas, y frontón.
En la misma plaza se puede ver un bonito Templete, así como una fuente de tipo mural con banco corridos a cada uno de sus lados, teniendo los mismos en su base, escritas citas de diferentes personajes que han vivido o pasado por el pueblo.
Por detrás del frontón mencionado, nos encontramos con el arroyo Artiñuelo donde se encuentra el Puente de Manola. En el mismo se ubica una escultura de una mujer en bronce, llevando en sus brazos un barreño y una antigua tabla de madera para la lavar, como antiguamente los harían las mujeres del pueblo a orillas de este río. Es un homenaje a todas aquellas mujeres que hiciese frio o calor iban a hacer la colada bien a orillas de cualquier riachuelo o posteriormente ya en lavaderos construidos expresamente para tal fin.
Iglesia Parroquial de San Andrés data del siglo XV y se cree que fue obra del arquitecto Juan Gil de Ontañón por tener constancia de que por aquel entonces vivia en el pueblo.
Originalmente se trata de una construcción de una sola nave aunque a finales del siglo XVI se le añaden otras dos laterales, separadas por arcos de medio punto. En su interior se conservan algunas pinturas y esculturas procedentes del vecino Monasterio del Paular.
Situada a las espaldas del la iglesia y construida en el siglo XVI, se encuentra la La Casona. Se cree que fue el pabellón de caza de los Reyes Trastamares, así como la primera residencia de los cartujos hasta que fue terminado el Monasterio.
Puente del Perdón. Situado enfrente al Monasterio, en la finca de los Batanes, fue construido sobre otro más antiguo. Es en su integridad de sillería de granito y consta de tres arcos.
Su nombre le viene porque sobre el mismo los presos podían apelar su sentencia por última vez ante el Tribunal.
Mirador de los Robledos. Pasado el kilómetro 30 de la carretera 604 dirección al Puerto de Navacerrada, a nuestra derecha nos encontramos con un desvio que indica la entrada al mirador citado. Hay que ir con cuidado y a poca velocidad porque sino te lo puedes pasar.
Desde este punto hasta el pequeño aparcamiento existente la distancia puede rondar el kilómetro. Una vez alcanzado este punto nos encontramos con una gran explanada con un Monolito de piedra como homenaje a los Guardas Forestales y una gran Brújula que girándola te va señalando el nombre de las cumbres que nos rodean. Desde aquí se pueden emprender grandes caminatas con una dificultad media alta sobre todo en invierno hasta la Laguna de Peñalara o también a la de los Pájaros.
Anexionado a Rascafría en 1975, su historia y actualidad corren paralelamente a este último separándoles tan solo tres kilómetros. La economía principal tuvo que ser la ganadería, testigo de lo cual es el potros de herrar que se conserva.
Era la construcción donde antiguamente se herraba al ganado, siendo muy comunes sobre todo en la zona de la sierra de la Comunidad de Madrid. Constaban de dos hileras paralelas de tres postes cada una que comúnmente eran de granito aunque los más antiguos podrían ser de madera. Los dos pares más altos estaban unidos por palos de madera o varas metálicas, y estos a su vez con el par más bajo se encontraban unidos de la misma manera. Entre los postes del segundo par más alto se encontraba el yugo, lugar donde se fijaba la cabeza del animal para inmovilizarlo además de pasarle dos cinchas de cuero por la panza atadas a las varas metálicas o palos de madera.
Una vez efectuada la faena del inmovilizado era cuando entraba el herrero primero para quitar las viejas herraduras, luego limpiar las pezuñas para terminar poniendo herraduras nuevas.
En su entorno se puede ver una fuente a modo de abrevadero para la ganadería, con un solo grifo que alimenta de agua a cuatro pilones que aumentan de tamaño según se alejan del mismo.
La Iglesia de la Nuestra Señora de la Paz data del siglo XVIII aunque conserva una Espadaña de dos cuerpos del siglo XII siendo la reseña más importante de este pequeño núcleo de población. Muy dañada en la Guerra Civil, fue restaurada por Rodolfo Garcia Pablos en 1944.
En su interior se puede ver la Inmaculada del siglo XVII, asi como un relieve sel siglo XVI del Santo Entierro.
Mandado construir por por Juan I de Castilla en 1390, a instancia de su padre Enrique II, siendo la primera cartuja del Reino de Castilla y León. Con la guerra de la Independencia y un poco más tarde con la Desamortización de Mendizábal, el monasterio ve interrumpida su vida religiosa. El recinto completo fue comprado en 40.000 duros por Rafael Sánchez Merino siendo el Estado el que se lo recompra por 60.000 duros veinte años más tarde.
En 1954 fue cedida en usufructo durante el periodo de treinta años prorrogable a la Orden de los Benedictinos de la Abadía de Valvanera, toda vez que los legítimos dueños Los Cartujos lo habían rechazado.
El complejo era poseedor del Monasterio, un huerto y un Palacio, siendo esto último reconvertido en un lujoso hotel que cerró sus puertas el 14 de Julio de 2014 por haber expirado el usufructo y no ser jurídicamente viable su renovación. En una visita reciente he podido leer que el hotel iba a ser reinagurado.
Como quiera que tuve la suerte de visitar este lugar varias veces, voy a tratar someramente de enseñar algunos de los rincones que se podían ver:
Capilla de los Reyes o de Montserrat.Construida en el siglo XIV sobre la primitiva Ermita de Santa María. La actual edificación data de finales del siglo XV con una puerta cuyo alfiz es de estilo gótico-isabelino. En su interior se puede ver una imagen moderna de La Moreneta.
Patio de la Cadena. Situado a la entrada a los terrenos que ocupaba el Hotel Santa María de El Paular, nos encontramos con este bello patio o jardín que en su tiempo perteneció al Monasterio del mismo nombre. En este frondoso espacio donde olmos, robles, fresnos y sauces centenarios siguen creciendo cuidadosamente, nos encontramos con un Crucero de piedra que se levanta sobre cuatro escalones compuesto de una columna rematada por un capitel de estilo renacentista, observando entre este y la cruz dos calaveras. Este crucero fue colocado en el lugar el 26 de junio de 1625.
Patio del Ave María. Patio central soportado por columnas toscanas con una gran fuente en el medio. A este patio daban las celdas de la Comunidad de hermanos conversos. El actual patio se levanto en tiempos del prior Juan Chéverri y desde el cual se puede observar el Escudo Real de Castilla. A este patio se accede través de la Puerta diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón.
Ya en el interior del antiguo Palacio y dependencias del que fue hotel, se podía apreciar la sobriedad pero a su vez grandiosidad de algunos de los Salones que poseía y donde después de comer uno se podía relajar y descansar.
Después de este pequeño recorrido por el antiguo Palacio, pasemos a recorrer un poco el recinto del Monasterio en sí. De estilo gótico y barroco pasamos a su interior por el antiguo Atrio donde se encuentra la entrada a la iglesia que será lo último que veamos en nuestra visita. Dejando esto atrás continuamos atravesando una puerta para ver el Claustro. Construido por Juan Guas entre los años 1484 y 1486. En sus paredes ya se pueden ver los óleos pintados por Vicente Carducho. Se encuentra herméticamente cerrado por lo que no se puede acceder a su exterior.
Sala Capitular con un magnífico Retablo obra de Churriguera.
De aquí pasamos a lo que muchos consideran la joya del Monasterio la llamada Capilla del Sagrario o Transparente, se trata de un conjunto del pequeñas capillas en torno a una principal donde se encuentra El Sagrario. Particularmente no me convenció por lo sobresaturada de color dorado.
Dejamos atras esta capilla y nos encaminamos a nuestra penúltima visita del Refectorio sala rectangular gótica presidida por una talla representado a la Crucifixión y debajo un lienzo con la copia del cuadro de Tiziano La última cena obra de Eugenio de Orozco..
Iglesia con la Sillería de nogal tallada por Bartolomé Fernández en el siglo XVI. La iglesia de trazado rectangular, se encuentra presidida por el Retablo, una pieza de dimensiones 8,85 por 12 metros tallada en alabastro y que duramente muchos años se atribuyó a diferentes artistas. Después de varios estudios se ha llegado a la conclusión de que se trata de una ejecución efectuada in situ a finales del siglo XV por artistas de la escuela de Juan Guas.
Con esto doy por concluida mi visita a una de la joyas arquitectónicas de la Comunidad de Madrid.
Fuentes: Folletos Comunidad de Madrid, WEB Ayuntamiento, COAM, ChatGPT y Paneles explicativos
![]() Ayuntamiento
Plaza de la Villa, 1 28740 - Rascafría Tfno: 91-869-14-50
Distancia a Madrid: 98 KM Municipios colindantes
Canencia EN COCHEPor N-1 (E-5) hasta salida 69 para desde alli dirigirse por la M-604 (Rascafría-Puerto de Navacerrada). Existe una 2ª opción y que consiste en tomar la N-VI (A-6) Madrid-La Coruña hasta la salida 39 (Collado Villalba), desde aqui dirigirse por la M-601 hasta el Puerto de Navacerrada y desviarse por la M-604 Puerto de Cotos-Rascafría. La distancia para esta opción es de 81,3 Kms. y un entorno fabuloso, aunque tiene el inconveniente de pasar dos puertos. Para los más aventureros, existe una tercera opción aunque no recomendable en época invernal. Dirigirse por la M-607 desde el Nudo de La Paz o desvío si se circula por la M30 o M40 hasta Colmenar Viejo - Miraflores de la Sierra y desde este último municipio coger el desvio que lleva a la cima del Puerto de la Morcuera, desde donde tras una buena bajada se llega a Rascafría. Desde Rascafría tomar la M-604 dirección Puerto de Cotos - Navacerrada y apenas recorridos 2,7 kms. encontraremos el Monasterio de Santa María del Paular. ![]() AUTOBUSES194 Madrid (Pza. Castilla)191 A Buitrago (Pza. Castilla) 194A Desde Buitrago |