Visitar Teruel es aparte de observar arte por los cuatro costados, es dejarte llevar por la imaginación e intentar situarte en un contexto donde se vivió una bella historia de amor acaecida en esta ciudad a finales del siglo XII.
Existían el a ciudad en la época antes citada dos ilustres familias, a saber la de LOS MARCILLAS y la de LOS SEGURAS cuyas casas estaban a muy pocos metros, precisamente en la calle conocida entonces como Ricos Hombres, en la actualidad llamada calle de LOS AMANTES.
Los primeros tuvieron como descendencia a D. JUAN DIEGO MARTINEZ DE MARCILLA y los segundos a Dª ISABEL DE SEGURA. Desde niños siempre jugaban juntos y ya de adolescentes se empezó a cuajar un gran amor entre ellos. A la edad de 22 años JUAN DIEGO pidió a ISABEL que fuese su esposa y con esta pretensión se fue a visitar al padre la misma D. PEDRO SEGURA para pedir la mano de su hija en matrimonio, siempre con el consentimiento de ISABEL.
Hay que situarse en aquella época en la que según los FUEROS que regían, el heredero era el primogénito por lo que JUAN DIEGO no recibiría herencia alguna por parte de su padre, cuestión vital por la que D. PEDRO se desentendió del asunto. Puesto esto en conocimiento por parte de JUAN DIEGO a ISABEL, la persuadió para que le concediera a JUAN DIEGO un plazo de 5 años para marchar a luchar contra los Moros y hacer fortuna, cosa a la que accedió ISABEL por no contrariar a su padre.
Durante la ausencia de JUAN DIEGO, el padre de ISABEL procuró que poco a poco se fuese desvaneciendo su amor. Intentó por todos los medios que no se recibieran noticias de su amante e incluso procuró hasta la saciedad de que tomara otro hombre en matrimonio. Sin embargo ISABEL perseveró en esperar los 5 años prometidos hasta que su padre acepto esta condición.
Pasado este plazo, no teniendo noticias de su amado y acosada por su padre, no tuvo más remedio que acceder a casarse un rico personaje llamado AZAGRA, hermano del Señor de Albarracín. Sin embargo JUAN DIEGO sobrevivió a sus aventuras guerreras e hizo fortuna. Su retorno a Teruel según la tradición se hizo por una puerta de las murallas a escasos metros de la TORRE DE SAN MARTIN, llamada PORTAL DE LA ANDAQUILLA o PUERTA DE DAROCA. Dice la leyenda que el nombre ANDAQUILLA, viene porque JUAN DIEGO escuchó a su llegada campanas de boda y se apresuró a gritar a su caballo "ANDA JAQUILLA" que con el paso del tiempo el vocablo se convirtió en el que ahora se conoce.
Las campanas que escuchó no eran otras que para anunciar en esos momentos el casamiento de su amada con AZAGRA. No conforme con esto, una vez en casa de sus padres y llegada la hora de acostarse, abandono su aposento embozado y se dirigió a la casa donde se celebraba la boda. Posiblemente con la ayuda de algun criado o doncella, se introdujo en la habitación donde iban a pasar la noche de bodas los recien casados.
Cansados de tanta fiesta y alborozo, los recien casados pasaron al aposento donde Azagra quiso usar el derecho que le concedía el matrimonio. Isabel que solo tenía en su mente a JUAN DIEGO, le rogó una y otra vez a su marido que desistiera en su empeño por lo menos esa noche. Por fin se acostaron y el marido pronto se quedo dormido. En este momento JUAN DIEGO salió de detrás de las cortinas donde se había ocultado y llamando en voz baja a ISABEL la asió y le suplicó que le diese un beso una y otra vez.
ISABEL fiel creyente y seguidora de las tradiciones se negó cuantas veces se lo pidió, hasta que JUAN DIEGO herido de celos e impotente a sus deseos cayó a los pies de Isabel exánime hasta que falleció. Isabel a la vista de a escena prorrumpió en voces y lamentos hasta que despertó su marido que la pregunto a que son venía toda esta escena. ISABEL ante esta pregunta se le ocurrió contar que todo era un sueño en la que una amiga suya contó la fe prometida a su amante, el plazo que le había dado, la esperanza concebida y el trágico fin del amador, por haberle negado un último beso.
Azagra bastante enfadado calificó a la en teoría amiga como impertinente, cruel y melindrosa añadiendo que que "YA EN VIDA NO LE DIÓ EN VIDA UN BESO A SU AMADO, DEBÍA DARLE UNO EN SU MUERTE Y DOS MIL DE SENTIMIENTO". Al escuchar estas palabras de AZAGRA, ISABEL prorrumpió otra vez en en lágrimas y confensó que la historia era mentira y era reflejo de su propia historia, enseñándole el cadáver de JUAN DIEGO. Ante esto y tratando de librarse de la justicia y enojo de los familiares de JUAN DIEGO, decidieron en plena noche trasladar el cadáver hasta la puerta de la casa del difunto, cosa que consguieron sin ser vistos.
Todo lo que la noche ocultó, el alba descubrió. Los primeros viandantes que pasaron por la calle descubrieron el cadáver notificándolo a su padre. Diversos personajes se acercaron a la casa e incluso el propio AZAGRA para no levantar sospechas. Después de las primeras horas de reflexión en cuanto lo acontecido, se acordó que las exequias y el funeral se celebrasen en la Iglesia de San Pedro, llevando el cadáver en procesión desde su casa.
ISABEL viendo esto desde una de la ventanas de su nueva casa, se despojó de sus ricas galas y bajo a la calle envuelta en un hábito y velo confudiéndose entre las muchas mujeres que acompañaban el séquito. Entró el entierro en la iglesia introduciendo el cadáver de JUAN DIEGO en un gran túmulo. ISABEL no pudiendo aguantar más el dolor que sentía, se abalanzó sobre el féretro exclamando "¿ES POSIBLE QUE ESTANDO TU MUERTO TENGA YO VIDA?. NO TENGAS DE MI FE DUDA DE QUE PUEDA VIVIR UN SOLO PUNTO; PERDONA MI TARDANZA, QUE AL INSTANTE CONTIGO ME TENDRÁS".
Descubriendo la faz de JUAN DIEGO le dió un beso tan fuerte que se escuchó en toda la iglesia. Haciendo esto y dando un suspiro falleció. Cuando los asistentes se acercaron para ver lo sucedido se encontraron a ISABEL con su boca pegada a la de JUAN DIEGO y su cuerpo encima de el a modo de losa sepulcral. ¡HABÍAN MUERTO DE AMOR!. En 1555 y durante las obras que se efectuaban en la Capilla de San Cosme y San Damian de la Iglesia de San Pedro, se encontraron dos cuerpos momificados pertenecientes a un hombre y una mujer junto con unos documentos que testimoniaban esta historia. Después de un gran estudio con el Carbono 14 se mentiene que los cuerpos pertenecen a los años donde tuvo lugar esta historia.
El Mausoleo y las momias halladas se encuentran en la actualidad en un espacio adyacente a la Iglesia de San Pedro, pudiéndose visitar a determinadas y horas y previo pago por la entrada.