Partimos de Rocamadour y después de recorrer los casi 45 kilómetros en poco más de 45 minutos nos encontramos en Figeac, ciudad medieval a orillas del río Cele construída alrededor de una abadía del año 753. Elegimos visitar esta ciudad solamente por ver la réplica de la Piedra Roseta, tema del que ya escribiré más adelante.
Aparcamos el coche por fortuna a pocos metros de Iglesia de St. Sauveur que formaba parte de la abadía mencionada anteriormente. Se trata de una construcción comenzada en el siglo XI y terminada en el siglo XVI consagrada en el año 1092, consta de una Nave central y dos laterales separadas de la primera por siete bahías cada una. El edificio resultó bastante dañado durante las Guerras de Religión (1562-1598). En 1577 los protestantes prendieron fuego al edificio quedando destruidos parte del coro, el lado norte y la bóveda de la nave, realizándose diversas restauraciones entre los siglos XVII y XVIII aunque también alguna en el XIX.
Asi podemos ver en la actualidad la Nave estilo siglo XI-XII románico, Crucero y coro estilo gótico siglo XIII y las Capillas laterales siglo XIV..
Después de la visita a la iglesia mencionada, empezamos a deambular por calles estrechas, empedradas, llenas de sabor medieval y con las típicas Casas con entramado de madera en la pequeña pero bonita Plaza Gaillardy.
Desde esta plaza encaminamos nuestros pasos por las calles Gaumont, Roquefort y Clermont hasta desembocar en la calle de Gambetta donde podemos ver el edificio gótico del siglo XIII Commanderie des Templiers en la actualidad convertido en hotel.
Continuando por la Rue Gambetta vamos a desembocar en la Place de la Halle en cuyo centro un recinto al aire libre pero cubierto que acoge un mercado en los días destinado a ello, en los demás lo ocupa la terraza de un bar-cafetería. En esta misma plaza igualmente nos encontramos con otra Casa de entramado de madera, una vuelta completa a la plaza y continuamos unos metros por la misma Rue Gambetta hasta encontrarnos con la Place Champollion en la que vemos un Edificio del siglo XIII que supone que formó parte del Recinto Templario y en este caso concreto estaba reservado para acoger a los peregrinos.
A pocos metros de este edificio se encuentra el Museo Champollion dedicado a Jean-Françcois Champollion nacido en esta ciudad en 1790 y cuya actividad fue la de egiptólogo, descifrador de jeroglíficos e historiador. En el museo se puede ver toda la evolución de las escritura de todo el mundo en tres plantas.
Adosada al Museo Champolión nos encontramos con la Plaza de las Escrituras, el principal objetivo como he dicho al comienzo de visitar Figeac.
En esta pequeña plaza se encuentra una réplica de la famosa PIEDRA DE ROSETA de granito negro más grande que la original que se encuentra en Londres en el Museo Británico, es obra de Joseph Kosuth con unas dimensiones de 11 metros por 8 metros. La Piedra de Roseta original fue hallada por el ejército francés cuando ocupó Egipto, pasando después a manos británicas.
El fragmento de la parte superior esta escrita con jeroglíficos egipcios que fueron descifrados por Jean-Francois Champolion tratándose de un edicto de Ptolomeo V gobernador de Egipto durante los años 323-282 a.c.. Una Visión completa se obtiene desde una galería superior.
Después de pasar un buen rato observando aquel jeroglífico, caminamos hacia el coche para regresar de nuevo al camping. Había sido un día bastante duro, el cansancio se notaba y nos quedaban 75 kilómetros para llegar.