Desde Montignac apenas tuvimos que recorrer 16 kilómetros para hacer la visita a La Roque St. Christophe en un Acantilado de 80 metros de altura a orillas del río Vèzére.
El sitio en cuestión son cuevas excavadas en la piedra que fueron habitadas hace 55.000 años A.C. por trogloditas para refugiarse de las inclemencias del tiempo. Igualmente lo fueron pero ya con construcciones aprovechando las cuevas mencionadas desde los siglos VI al XVI.
La longitud del recorrido con algunas subidas y bajadas es de aproximadamente un kilómetro. Conforme se va avanzando se puede ir viendo como era el hábitat del hombre en tiempos trogloditas en aquellas cuevas.
Continuando el recorrido iremos viendo diferentes lugares como el de enterramiento y diferentes edades como la Edad Media y su Capilla de madera o una especie de grúa para elevar piedras y elementos pesados u otra para subir agua y elementos semejantes, en ambos casos espectaculares elementos de obras civiles y militares.
Una vez terminada esta de visita de unas dos horas de duración y de vuelta para el camping, nos decidimos a visitar St-Leon sur Vézère.
Apenas nos llevó diez minutos en recorrer los cuatro kilómetros escasos que separan ambos lugares.
Lo primero que hicimos al llegar y después de aparcar el coche donde pudimos, fue ir a visitar la Eglise de Saint Léonce de estilo románico construida en el siglo XII en el mismo lugar donde existió una Villa Galorromana, formando parte de una antigua abadía benedictina.
Quizás esta iglesia ha sido una de las que más impresión me ha causado.
Consta de una sola nave de planta de cruz latina, con ábside y dos absidioles (ábsides más pequeños), con torre cuadrada de dos elementos que parte de la cúpula del centro del crucero. En 1960 fue necesario hacer una restauración bastante profunda debido a una inundación. Durante las mismas fueron restaurados frescos que se encuentran en la cúpula del ábside que pudieran corresponder a los siglos XII - XVII. Tanto el ábside central como los dos adyacentes cuentan con sendos pequeños altares.
Después de la visita a la iglesia, un pequeño paseo por la vereda a orillas del río Vezere y de camino hacia el coche, pudimos ver aunque solo fue desde fuera porque es propiedad privada y esta prohibida las visitas el Castillo de Clerans construido entre los siglos XII al XVII. Por fin en el coche en dirección al camping que ya necesitábamos descansar.