Este sería el penúltimo día en La Picardie ya al día siguiente tendríamos que abandonar el camping en Vic-sur-Aisne y volver a Madrid. Al contrario que el día anterior, este si madrugamos y nos pusimos en carretera más o menos a las ocho de la mañana con un excelente sol. Nos íbamos a dirigir a AMIENS, ciudad con amplísima historia de origen galo-romano que cobija la mayor catedral de estilo gótico de Francia, con una longitud en el exterior de 145 metros declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1981. Se trata de Notre-Dame de Amiens.
Llegamos a Amiens alrededor de las 10 de la mañana después de un viaje tranquilo y relajado con apenas circulación pero con multitud de radares de velocidad controlada a un máximo de 70 kms/h, cosa que resulta bastante agradable si se quiere disfrutar del paisaje y rebaja considerablemente el riesgo de sufrir algun accidente. Dejamos como de costumbre el coche en un parking próximo y nos dirigimos a la Plaza de Notre-Dame para ver en toda su magnitud la fachada principal de la catedral con sus tres portales y las dos magníficas torres.
La actual construcción se inició en 1220 en el lugar donde existieron otros varios templos de estilo románico casi siempre destruidos por fenómenos naturales. Esta construida bajo la influencia estética de las catedrales Notre-Dame de Chartres y Notre-Dame de París, siendo la última de las catedrales construidas en estilo gótico clásico.
El tímpano del portal central representa la escena del Juicio Final en tres niveles diferentes. En el superior se representa a Cristo con las manos levantadas, rodeado de San Juan y la Virgen María arrodillados e intercediendo por las almas. En los niveles inferiores se observan a las almas de los que van al infierno desnudos y a los escogidos y al Arcángel San Miguel con la balanza para escoger a las almas que se salvan.
El portal derecho esta dedicado a la Virgen con diversas escenas de su vida así como su muerte y asunción al cielo. En el mainel central (columna que divide la puerta en dos), observamos una gran talla de la Virgen a cuyos pies se encuentra un animal con cabeza humana.
El portal izquierdo esta dedicado a San Fermín, obispo de Amiens en el siglo IV. En el mainel o parteluz se puede ver al mismo con las vestiduras y el báculo de obispo. Encima del mismo se encuentran los relieves correspondientes a los seis primeros obispos de Amiens.
Arriba de estos tres portales, nos encontramos con la Galería de los Reyes con sus 22 estatuas de 3,75 metros de altura que datan de la primera mitad del siglo XIII. Por encima de esto vemos el gran rosetón de estilo gótico tardío colocado ya en el siglo XVI.
Pero sin duda lo que mas nos llamó la atención fue el Portal de La Virgen dorada o Saint-Honoré en el brazo sur. En el tímpano del mismo se pueden ver diversas etapas de la vida de San Honorato, obispo de Amiens en el siglo VI, mientras que en el parteluz o mainel central se encuentra la extraordinaria escultura de la llamada Virgen dorada fechada en 1288 con 2,30 metros de altura con una faz llena de dulzura mirando al niño Jesús. Esta obra tuvo que ser trasladada al interior de la catedral para preservarla de la intemperie y sustituirla por una copia en 1980.
Una vez concluida nuestra visita exterior que nos llevó más de una hora, nos dirigimos al interior del templo quedándonos perplejos ante la magnitud de la obra. Sus colosales medidas de 133,5 metros de longitud, 70 metros de ancho en el transepto y bóvedas de 42 metros de altura, la hacen verdaderamente impresionante.
De planta de cruz latina, presenta tres naves de las cuales la central es más alta que las laterales con enormes vidrieras que hacen que la luz penetre con todo su esplendor en el interior.El coro rodeado de capillas radiales o absiolos presenta en su exterior unos Relieves Policromados de de finales del siglo XV y principios del XVI con escenas de San Juan Bautista y San Fermin que fue el primer obispo de la ciudad.
En el eje del coro se puede apreciar una Gran vidrera que fue donada a la catedral en 1269. Así mismo se pueden observar interesantes esculturas de diversas épocas y el púlpito de estilo barroco del año 1773 obra del arquitecto Pierre-Joseph Christophie y del escultor Jean-Baptiste Dupuis. Se encuentra adosado a una columna del ala norte y sostenido en su base por las figuras de la tres virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad.
La duración total de la visita entre exterior e interior nos llevó bastante tiempo por lo que la hora de la comida se acercaba y nos tocaba buscar algún restaurante. Dejamos la catedral de Notre-Dame para dirigirnos por la rue Dusevel sin rumbo fijo con el fin de encontrar algún restaurante antes de que se nos hiciese tarde, cuando de pronto apareció a nuestra vista algo que al principio no sabíamos muy bien que era.
Acercándonos muy pronto nos dimos cuenta que era un reloj con una mujer con el torso descubierto. Sin saberlo nos habíamos encontrado con uno de los símbolos mas representativos de Amiens, se trataba del Reloj Dewailly. El conjunto fue donado por el Dr. Dewailly por aquel entonces alcalde de la ciudad en 1896 y realizado por el Arquitecto Emile Ricquie y el Escultor Albert Roze que esculpió la escultura de la mujer como una alegoría a la primavera. Antiguamente estuvo situado en la Plaza Gambetta bastante destrozada durante la primera guerra mundial, por lo que este conjunto estuvo guardado durante bastantes años.
Continuamos andando durante unos metros y nos encontramos con una inmensa plaza cuyo nombre he mencionado anteriormente. Quizás se trate de uno de los lugares más frecuentados de Amiens, una gran zona verde, numerosos restaurantes y cervecerías hacen que en los días soleados (poco frecuentes) se encuentre abarrotada de gente. En uno de estos restaurantes al que hemos vuelto alguna vez posteriormente, nos sentamos a comer.
Una vez terminado por decir algo de comer, nos dirigimos por la calle peatonal Des Trois Cailloux donde se encuentra la mayor aglomeración de tiendas de primeras marcas, hasta llegar a la Plaza de René Goblet, por cierto preciosa plaza y sin tanto agobio como la de Gambetta. Una enorme estatua se divisa que no es otro que el monumento al Mariscal Leclerc, héroe francés que entre otras de la batallas que intervino, fue en la liberación de París. Un buen lugar para tomar un pequeño descando.
Desde este punto nos encaminamos a visitar La Casa-Museo de JULIO VERNE, conceptuado como el primer novelista de ciencia-ficción. Quien no recuerda o leído alguna de sus obras como 20.000 Leguas de viaje submarino, Viaje al centro de la tierra, La vuelta al mundo en ochenta días etc. Nacido en Nantes en 1828, pasó sus últimos 18 años hasta fallecer en Amiens en 1905. La visita a la Casa-Museo del célebre escritor aparte de la Catedral, es una de las imperdibles cuando uno va a Amiens. Este lugar no solo recoge Objetos que le pertenecieron, sino que además recrea el espíritu aventurero del afamado escritor.
Muy cerca de aquí veremos el Monumento a Amiens como homenaje a la ciudad, creado en 1874 por Gadeon de Foircevilla. Entre las esculturas de otros personajes de Amiens, figura la de Nicolás Blasset autor de numerosas esculturas en la Catedral de esta ciudad. A sus pies una réplica de la mas famosa El angelito llorón.
De vuelta por la misma calle que habíamos venido es decir Rue Des Trois Cailloux, nos encontramos con el Edificio neoclásico del Antiguo Teatro construido entre 1778-1779 obra del Arquitecto Jean Rousseau y del Escultor A. Carpentier e inaugurado en 1780.
Casi a espaldas de este último edificio el la Rue Pierre Dubois, nos encontramos con el Palacio de Justicia, de estilo neoclásico construido en el lugar donde se encontraba la Abadía de Saint-Martin-Aux-Jumeaux. Es obra de los Arquitectos Jean Herbault, Natalis Daullé y Jacques Hittorff, este último diseñó la entrada con sus columnas.
De nuevo en la Plaza Gambetta nos dirigimos por el Pasaje Albert Dauphin para ver el impresionante espacio ocupado por el Ayuntamiento y otros organismos oficiales, ubicados en el lugar del antiguo anfiteatro. Se iba haciendo hora de irnos y nos encaminamos hacia el parking cerca de la catedral. Unos pocos metros mas allí nos encontramos en la recoleta Place Saint Michel y en el medio de la misma la estatua de Pierre l'Ermite, sacerdote y anacoreta nacido en 1050. Estábamos realmente agotados y sin pensarlo más nos fuimos al parking ya definitivamente.