Después de dar varias vueltas a la plaza y ver los detalles de los edificios, nos dirigimos siguiendo a una gran multitud de turistas por la Calle Charles Buls situada a la izquierda segun se mira frontalmente el Ayuntamiento para averiguar donde se dirigían estos. Generalmente esta práctica suele ser beneficiosa cuando se desconoce una ciudad, ya que muchos grupos llevan a una persona de guia turítico.
A los pocos metros de penetrar por la calle mencionada nos encontramos una cosa de lo mas curiosa. Se trataba del monumento dedicado a Everard t'Serclaes. La estatua llevada a cabo por Julien Dillens representa a Everard de forma yacente y cuenta la historia que la persona que pase su mano por la misma tendrá buena suerte, por lo que pudimos observar que infinidad de personas lo hacian. Everad es famoso por haber liberado la ciudad de Bruselas en la guerra de sucesión del Ducado de Brabante.
Continuamos el camino por la Calle L'Etuve prolongación de la anterior hasta dar con uno de los símbolos más representativos de Bruselas como es el Manneken Pis (el niño meón). Se trata de una pequeña estatuilla de aproximadamente 50 centímetros de las que hay sobre ella algunas leyendas, entre estas se dice que este niño apagó con su orina una mecha encendida salvando a la ciudad de un posible incendio. Es quizás una de las visitas imperdible si se va a Bruselas.
Una vez concluido esto, desandamos el camino para encontrarnos de nuevo en la Gran Place y buscar una de las cervecerías más famosas de la ciudad que recomendo a Rodrigo un amigo, y a la que ningún visitante de la ciudad debiera dejar de acudir, le guste o no la cerveza.
Se trata de "Delirium Cafe" cuyo nombre proviene de la exquisita cerveza "Delirium Tremens".
Situado en un pequeño callejón denominado "Impasse de la Fidélité" rodeado de restaurantes y otras cervervecerías, es en la actualidad el centro de reunón de estudiantes, de jóvenes y de no tan jóvenes para degustar alguna alrededor de 2.500 marcas de cervezas de todo el mundo.
Una grandísima superficie y no menos enorme barra con una ingente cantidad de grifos de cervezas nos dejó un poco fuera de combate. Luz suave y música que no te molestaba a los oidos, cosa que hoy es extraño, me llevaron a mis años jóvenes en Madrid y en Cecedilla pero sin comparación alguna. La verdad es que me pregunte ¿que hacia yo en un sitio como este?, estaba como desplazado en el tiempo pero me encantaba, fue entonces cuando me dia cuenta que el tiempo vuela y que los buenos tiempos pasados no volveran, aunque los recuerdes con un gran cariño.
Tuvimos suerte y no tardamos en encontrar una mesa en donde sentarnos. Mientras que Amparo y Rodrigo se dirigian a la barra para pedir las cervezas, me quede sentado pues las piernas ya apenas aguantaban más y por supuesto aproveché la ocasión para sacar algunas Fotografías del local, seguramente no volvería más y quería tener un recuerdo de allí. Existen lugares que te dejan marcado y este para mi era uno de ellos.
Tras degustar unas cervecitas "Delirium Tremens" plácidamente, abandonamos el lugar para dirigirnos al parking, coger el coche y partir hacia la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula. Ordenada construir sobre otra románica del siglo XI por el rey Enrique II en 1226 de estilo gótico fue terminada a principios del siglo XVI. En sus albores era conocida solo por el nombre de Iglesia de San Miguel, hasta que en el año 1047 fueron depositados aquí, los restos de Santa Gúdula.
La iglesia adquirió el título de Catedral en 1961 y ha sido profundamente restaurada entre los años 1983 y 1961, siendo uno de los principales monumentos de Bruselas. Por desgracia y visitarla fuera de hora, no pudimos acceder al interior.
De nuevo al coche para esta vez dirijirnos al Parque del Cincuentenario. Un expléndido parque de más de 30 hectáreas construido por el Rey Leopoldo II para albergar la Exposición Mundial de 1880. Su nombre se debe a la conmemoración el 50 aniversario de la independencia Belga, que tuvo lugar el 4 de octubre de 1830.
Las construcciones más importantes dentro de este parque es el Palacio y el Arco del Triunfo, esto último con una gran semejanza al la Puerta de Brandeburgo de Berlin, pero con la Cuádriga de bronce en verde.
Por desgracia para nosotros, aparte de ser ya una hora mas o menos tardía, hizo de nuevo la aparición la lluvia pero esta vez bastante fuerte. De nuevo al coche y al hotel donde cenamos levemente y para la cama ya que a la mañana sifguiente nos tocaba emprender el viaje de regreso a Madrid sin tener un sitio fijo donde pernoctar.
Un viaje como todos bastante intenso con una climatoloía cambiante constantemente y con la convición por mi parte de no volver a Amsterdam porque me dejó profundamente desencantado.
Con esta ya son tres ciudades que si puedo evitarlas mejor que mejor y son Paris, Londres y Amsterdam.