Hay quien apunta a un origen céltico por el significado de la voz "BRA" en esa lengua y que significaba "broza de árboles".
Otros apuntan hacia el origen latino, proveniente de la voz "Aperi Oculos" que significa "abre los ojos". Este nombre se dió a una planta llamada "Tríbulo" que en cada uno de sus botones tiene tres pinchos de color amarillo y que para no pincharse con ella se tiene que tener los ojos bastante abiertos. El nombre de esta planta dio lugar a la palabra en castellano "Abraojos" o "Braojos".
Gentilicio: Brajoreños/as o Braojeros/as
En lo alto de la Sierra Norte de Madrid, donde los vientos azotan los altos cerros y los bosques de robles susurran historias olvidadas, Braojos de la Sierra aguarda como un testigo impasible del tiempo. Aunque no se han encontrado vestigios claros de asentamientos prehistóricos en su término, no es difícil imaginar a antiguos pastores iberos guiando sus rebaños por estos valles, observados de cerca por lobos y águilas desde las crestas.
Cuando los romanos tejieron su vasta red de calzadas para unir Hispania con los confines de su imperio, las sendas de la Sierra se convirtieron en corredores estratégicos. No hubo en Braojos grandes ciudades ni villas romanas, pero sí huellas de su paso, quizás una calzada olvidada, una piedra tallada, la memoria de un camino que conducía al norte, al puerto de Somosierra y más allá, al corazón de Celtiberia.
El siglo VIII trajo consigo un cambio abrupto. Los ejércitos musulmanes se adentraron en la península, conquistando fortalezas visigodas y dominando durante más de tres siglos la llanura castellana. Aunque Braojos no aparece en los relatos de este tiempo, su ubicación en una zona montañosa y de difícil acceso sugiere que fue un refugio natural para aquellos que huían de las incursiones.
En las tierras altas de la Sierra Norte, la vida en los siglos IX y X transcurría en un silencio interrumpido solo por el eco de los lobos y el murmullo del viento entre los robles y enebros. Aunque no se han hallado pruebas arqueológicas de asentamientos permanentes en Braojos, la región estuvo, sin duda, marcada por el ir y venir de pastores y viajeros que utilizaban las montañas como refugio.
El reino de Toledo, bajo dominio musulmán, extendía su influencia sobre el centro de la península, pero sus fronteras no eran estables. La Sierra Norte era un territorio salvaje, donde pequeños grupos de mozárabes, pastores y bandoleros podían moverse entre los límites del Al-Ándalus y los reinos cristianos del norte. Segovia y Sepúlveda, por ejemplo, eran plazas que servían como avanzada cristiana, mientras que Madrid y Guadalajara permanecían bajo control musulmán.
Los habitantes de esta zona no formaban todavía un pueblo como tal, sino comunidades dispersas que probablemente habitaban chozas estacionales o pequeños refugios en la montaña, dependiendo de la época del año y de la seguridad en la región.
En el siglo XI el rey Alfonso VI de León y Castilla tomó Toledo en el año 1085, empujando la frontera cristiana hacia el sur. Con esta conquista, el territorio que hoy ocupa Braojos pasó a formar parte de la extremadura castellana, es decir, una zona fronteriza y escasamente poblada entre los dominios cristianos y las tierras aún controladas por los musulmanes.
Fue en este período cuando empezaron a surgir los primeros asentamientos organizados. Alfonso VI y sus sucesores impulsaron la repoblación de la Sierra Norte, concediendo tierras y privilegios a quienes decidieran establecerse en la región. Es posible que Braojos naciera como un pequeño enclave de pastores castellanos que buscaban aprovechar los extensos pastos de la sierra para la cría de ovejas.
Los musulmanes intentaron recuperar la zona en varias ocasiones, con incursiones desde el sur. En el siglo XI, las campañas de Yusuf ibn Tasufin, líder de los almorávides, asolaron los reinos cristianos. Sin embargo, la repoblación avanzó y Braojos, junto con otras aldeas cercanas, quedó definitivamente bajo control castellano.
Durante el siglo XII Con el avance de la reconquista cristiana, el territorio se reorganizó bajo un nuevo sistema administrativo: las Comunidades de Villa y Tierra. Braojos quedó integrado dentro de la Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago, un señorío dependiente directamente de la Corona. En esta época, el territorio comenzó a estructurarse en pequeños núcleos rurales. El sistema de aprovechamiento comunal de pastos se convirtió en la base de la economía local. En las ordenanzas de la época se prohibía roturar nuevas tierras sin permiso, ya que el pastoreo de ovejas merinas era la actividad principal.
La población de Braojos probablemente era muy reducida, con apenas unas pocas familias establecidas en casas de piedra y techos de madera, agrupadas en torno a un pequeño templo que servía tanto para el culto como para la organización de la comunidad. Durante el siglo XII, el Concejo de Buitrago comenzó a organizar la administración de la región, estableciendo normas para el uso de los montes, la distribución de tierras y la resolución de conflictos entre vecinos.
A lo largo del siglo XIII, la población de la zona aumentó gracias a la estabilidad política y a la protección que ofrecía el Concejo de Buitrago. La ganadería siguió siendo la base económica, pero también comenzaron a aparecer zonas de cultivo en los valles cercanos. Se establecieron los primeros caminos de comunicación bien definidos. Algunos de estos senderos seguían el curso de antiguas rutas utilizadas por pastores y comerciantes, y fueron integrados en la red de cañadas reales, que permitían el tránsito de ganado trashumante desde Castilla hacia el sur de la península.
El crecimiento de Braojos llevó a la construcción de una iglesia más estable, probablemente de estilo románico rural, con muros gruesos de piedra y un pequeño campanario. Aunque la edificación original no ha sobrevivido, su existencia es muy probable, pues en esa época muchas aldeas de la zona construyeron sus templos con materiales locales. El siglo XIII fue un período de consolidación. Braojos no era un centro importante, pero su integración en la estructura feudal del Reino de Castilla garantizaba cierta estabilidad.
Fue en esta época cuando Braojos tomó su forma definitiva como un núcleo estable de población. Sus casas de piedra, con tejados de madera y pequeñas huertas anexas, comenzaron a agruparse en torno a la iglesia y a la plaza. Su gente, curtida por los inviernos implacables y las largas travesías por la sierra, se convirtió en experta en la cría de ganado y la producción de lana.
En el siglo XIV, la poderosa familia Mendoza se hizo con el control del Señorío de Buitrago. Braojos, como tantas otras aldeas de la sierra, quedó bajo su tutela, beneficiándose de su protección, pero también sometiéndose a sus reglas. La lana de las ovejas trashumantes fluía hacia Castilla y más allá, hasta los telares de Flandes e Inglaterra. El Concejo de la Mesta regulaba el paso de los rebaños por los caminos reales, y las ordenanzas prohibían la roturación de nuevos campos en favor del pastoreo. Las inclemencias del tiempo, las hambrunas y las pestes diezmaron la población en ciertos momentos, pero el pueblo resistió.
A finales del siglo XV, con los Reyes Católicos consolidando el poder en Castilla, Braojos ya era un núcleo bien establecido, con su iglesia gótica en pie y sus calles empedradas resonando con el paso de carretas y caballos.
Durante el siglo XVI, la economía de Braojos floreció con la lana. La población creció y el comercio se intensificó. Se establecieron nuevas normativas para el uso del agua, la explotación de los montes y la regulación del comercio local. La iglesia parroquial se amplió y embelleció, reflejando la prosperidad del momento.
El siglo XVII trajo consigo un declive. La decadencia de la Mesta y las crisis económicas derivadas de la política imperial de los Austrias afectaron a la región. Se sucedieron años de malas cosechas y epidemias, y la emigración hacia ciudades como Madrid comenzó a ser una alternativa para muchos jóvenes. Pese a ello, Braojos mantuvo su estructura social y su modo de vida tradicional. Las ordenanzas locales regulaban la vida cotidiana con minucioso detalle: desde el control del pastoreo hasta las penas por los robos de ganado. El Concejo del pueblo organizaba ferias y mercados, y la iglesia, con su influencia, aseguraba que la fe siguiera marcando el ritmo de la vida.
El siglo XVIII trajo consigo nuevos censos y estudios, como el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1751, que dejó constancia de la organización económica de Braojos. Se cultivaba centeno, trigo y lino, y el pueblo contaba con tejedores que fabricaban lienzos con la cosecha local. El comercio era mínimo, y la vida giraba en torno al autoabastecimiento. Las Ordenanzas de Braojos reflejaban una comunidad bien estructurada, donde cada vecino tenía su función: herreros, tejeros, sastres, molineros y zapateros. Se mencionan molinos harineros y panaderías, así como la existencia de un estanco y una taberna, lo que da una idea de la vida cotidiana del pueblo.
La llegada del siglo XIX supuso un cambio drástico. La abolición de los señoríos y la desamortización de las tierras comunales pusieron fin a siglos de organización feudal. La lana dejó de ser la principal fuente de riqueza, y la agricultura tomó un papel más relevante, aunque con dificultades debido a la pobreza del suelo.
La guerra de la Independencia (1808-1814) también dejó su huella. La Sierra fue escenario de enfrentamientos entre las tropas napoleónicas y la resistencia española. Se cuenta que los habitantes de Braojos participaron en escaramuzas y escondieron suministros en las montañas para evitar que cayeran en manos enemigas. Como consecuencia de su pertenencia a la familia Mendoza, Braojos pertenecía a la provincia de Guadalajara, hasta que con la división provincial de Javier de Burgos de 1833 pasó a formar parte de la provincia de Madrid.
A finales del siglo XIX, con la industrialización en marcha y la mejora de las comunicaciones, el éxodo rural comenzó a despoblar el pueblo poco a poco. La llegada del ferrocarril a otras zonas facilitó el comercio, pero también alejó a muchos habitantes en busca de mejores oportunidades.
El siglo XX trajo consigo más cambios. La mecanización de la agricultura, el abandono de las tierras y la migración a las ciudades redujeron drásticamente la población. Durante la Guerra Civil (1936-1939), la sierra fue un punto estratégico, y algunos edificios históricos sufrieron daños. Desde la segunda mitad del siglo XX, Braojos ha experimentado un renacimiento como destino de turismo rural. Su arquitectura tradicional, su iglesia bien conservada y su ubicación en la Sierra Norte han atraído a visitantes y nuevos residentes. La segunda residencia y el turismo han sustituido a la ganadería como motor económico, y el pueblo ha logrado conservar su esencia, adaptándose a los tiempos modernos sin perder su identidad histórica.
En el siglo XXI Braojos de la Sierra sigue en pie, testigo de los siglos y de la vida de aquellos que encontraron en sus montañas un hogar, un refugio y una historia que contar, y aunque sigue manteniendo una pequeña actividad agropecuaria, la economía se está basando en la hostelería y en la construcción.
Ermita Nuestra Señora Del Buen Suceso. Situada a 1 km del centro de Braojos en dirección a La Serna del Monte, se encuentra esta Ermita cuyo comienzo de construcción data del año 1610 después de haberse terminado la Parroquia de San Vicente Mártir.
Se trata de una construcción de planta rectangular con tres naves levantada en mampostería sobre zócalo rematado con losetas de piedra. Sobre a cabecera hay un cimborrio rectangular que alberga una cúpula. Un pequeño campanario con espadaña se encuentra levantado a los pies del templo. Las naves se encuentran separadas por dos arquerías de medio punto de mampostería con el dovelaje de piedra lavada apoyadas sobre columnas dóricas. En el exterior se observa un pórtico soportado por cuatro columnas dóricas que da paso a la portada de entrada con arco de medio punto elaborado en piedra granítica.
El día 8 de septiembre de cada año, tiene lugar una romería en la que se acompaña a la Virgen desde la Iglesia hasta la Ermita.
A la entrada de Braojos frente a la Travesía del Buen Suceso, no confundir con el camino que lleva la ermita del mismo nombre, se encuentra esta Fuente Abrevadero que aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción, por su tipología constructiva pudiera encuadrarse entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII.
En 1902 se realiza un profunda remodelación que modifica la forma del abastecimiento de agua y le confiere su aspecto actual incorporando un frontón de donde salen los dos caños. En el mismo se encuentra la siguiente inscripción:
A LA MEMORIA DE
D. FLORENCIO MENENDEZ. COSTEADO POR SU SOBRINO
D. FELIPE MONTOYA DIPUTADO POPULAR Y ESTOS VECINOS
ALCALDE - SECRETARIO
D. MARIANO ASENSIO - AÑO 1902 - JUAN MACIAS
La fuente está compuesta por un canal de acometida cubierto, un frontón, una pila o abrevadero y un pilón o abrevadero con simetría completa, teniendo la peculiaridad de la disposición de sus caños, situando el izquierdo a una ligera altura sobre el derecho, de tal modo que pase el agua por el inferior con una presión suficiente, dejando el otro para las épocas de mayor caudal de agua.
En este puneto dejamos el coche para adentrarnos en el pueblo caminando.
Desde el punto anterior nos dirigimos por la calle del Buen Suceso hasta llegar al número 20 y observar dentro del patio de una casa particular un ejemplar de potro de herrar, una construcción donde antiguamente se herraba al ganado, siendo muy comunes sobre todo en la zona de la sierra de la Comunidad de Madrid. Constaban de dos hileras paralelas de tres postes cada una que comúnmente eran de granito aunque los más antiguos podrían ser de madera. Los dos pares más altos estaban unidos por palos de madera o varas metálicas, y estos a su vez con el par más bajo se encontraban unidos de la misma manera.
Entre los postes del segundo par más alto se encontraba el yugo, lugar donde se fijaba la cabeza del animal para inmovilizarlo además de pasarle dos cinchas de cuero por la panza atadas a las varas metálicas o palos de madera. Una vez efectuada la faena del inmovilizado era cuando entraba el herrero primero para quitar las viejas herraduras, luego limpiar las pezuñas para terminar poniendo herraduras nuevas.
Continuamos por l calle anteriormente citada hasta llegar a la Iglesia Parroquial de San Vicente. Según los archivos, comenzó su construcción en 1601 y terminó en 1610. Se encuentra sobre los restos de una torre militar de los siglos XIV-XV siendo su planta de cruz latina, aunque posteriormente se la añadió una segunda nave separada de la principal por columnas de granito. Se encuentra construida en mampostería asentada sobre un zócalo del mismo material, rematado con una hilada de sillares rectangulares planos y alargados.
Del interior destacan 2 tablas de Berruguete y un retablo de Gregorio Hernández fechado en 1633. En la torre de 4 plantas se pueden admirar en la primera de ellas la Capilla del Sagrario con una imagen de la patrona del pueblo "Nuestra Señora del Buen Suceso", en la segunda podemos ver un pequeño museo con tallas de San Francisco, San Antonio y del Cristo atado a una columna, así como un cáliz y una custodia del siglo XVII.
La Torre-campanario construida igualmente en mampostería con sillares en las esquinas, se encuentra compuesta de dos cuerpos separados por una pequeña imposta de piedra. En el cuerpo bajo se puede ver un torreón adosado de forma circular, con su parte inferior en forma de cono invertido con tres escocias rematado con por una moldura convexa teniendo la cúspide adornada por cuatro bolas de piedra. El cuerpo superior contiene dos vanos de medio punto en cada lado con dovelas de piedra. La torre se encuentra coronada con una cornisa y una gárgola en cada esquina.
Antiguamente era conocida como "La Catedral de la Sierra".
Adosada a uno de los muros de entrada a la iglesia, se encuentra esta fuente que cuenta una leyenda grabada en una especie de escudo en el frontal de la misma que dice:
AYUNTAMIENTO
VECINOS
1925
De este frontal emerge un único caño que vierte sus aguas a una pileta rectangular.
Dejando atrás la iglesia y fuente mencionadas, continuamos hacia el norte por la calle Del Viento para continuar hasta el final de la calle Las Heras con el fin de poder visitar el apeadero de tren que hubo en su día, dicha visita se vio truncada por haber sido cortado el paso con alambradas antes de subir la pequeña pendiente existente hasta el mismo.
Sin embargo y a cambio se puede ver a poco mas de 120 metros desde la iglesia en la confluencia de la calle del Viento con la Travesía del Viento, una fuente con pilón que según se puede medio leer y haciendo un gran esfuerzo la fecha 1902 en su mural. Como se ha comentado se trata una fuente con mural de granito divido en dos piezas rectangulares, siendo en la superior donde se encuentra la inscripción y en la inferior se encuentra el caño que en su día depositaba sus aguas en un pilón alargado igualmente de granito, que mediante una hendidura en su parte inferior deja caer el agua sobrante a una alcantarilla, que presumiblemente en aquella fecha no existía y las aguas iban a para a una reguera general.
Continuamos por la Calle del Viento a su cruce con al Calle Cantarranas para girar por la misma a la izquierda y caminar unos 50 metros hasta encontrarnos a nuestra izquierda con la Fuente de la Ceja, que gracias a la existencia de un panel explicativo se tas cuenta de su existencia.
Es una de las fuentes cuyo agua proviene de un manantial, y que en su día sirvió para abastecer de agua a los habitantes de Braojos hasta la llegada en la década en los 60-70 del siglo XX del agua corriente a las casas. Se trata de una cavidad de apenas 40-50 centímetros empotrada en un muro con un dintel de piedra en su parte superior.
Desandamos de nuevo el camino para volver a la iglesia y bajar las escaleras de la Costanilla de los Ángeles para llegar a la Plaza de Calvo Sotelo, donde nos espera el edificio del ayuntamiento construido en mampostería en el siglo XX, con apariencia de funcional pero con signos visibles de otros ayuntamientos más antiguos como es la torre y el reloj así como el típico balcón presidencial desde donde dar el pregón de las fiestas.
En ala misma plaza se encuentra el Consultorio médico, la farmacia, la casa de cultura y dos elementos que se detallan a continuación.
El primer elemento es una fuente típica levantada en una gran cantidad de pueblos después la guerra civil entre la década los años 40 y 50.
Se encuentra construida totalmente en piedra granítica, contando con una pilastra en cuya parte superior se encuentra una plataforma escalonada de dos alturas culminada con una bola. De la pilastra emerge un caño que desagua sus aguas en una pila que tiene sus esquinas en tipo chaflán. La pilastra se encuentra rodeada excepto en la pila por un banco corrido igualmente de piedra.
El segundo elemento son las antiguas escuelas, construidas en la década de los años 40 después de la guerra civil por la Dirección General de Regiones Devastadas. Su planta es rectangular con tejado a cuatro aguas y muros de mampostería vista y sillares en las esquinas como refuerzo, esto se repite en los dinteles de ventanas y cornisa. Cuenta con grandes ventanales dispuestos simétricamente con respecto a la puerta de entrada con el fin de dejar pasar la máxima luz posible. La puerta de entrada totalmente centrada respecto a la planta del edificio cuenta con arco de medio punto con dovelas y jambas igualmente de sillares.
En el patio en la actualidad se puede ver una zona de juegos infantil y otra con un parque biosaludable con aparatos para ejercicios físicos.
Con esto último terminamos nuestra visita a Braojos de la Sierra.
LA PASTORELA. Navidad. Se celebra una danza de pastores que data del siglo XV. En la misma se recupera los atuendos y música tradicional acompañada con almirez, botella de anís, huesos, bombo, triángulo y pandereta.
AGOSTO. Concurso popular del juego de La Calva.
VIRGEN DEL BUEN SUCESO. 14-16 de Septiembre. Procesión hasta la Ermita y subasta de varas junto con verbena y baile.
Fuentes: Folletos Comunidad de Madrid, WEB Ayuntamiento, COAM, ChatGPT y Paneles explicativos
Distancia a Madrid: 85,9 KM Municipios colindantes
Gascones EN COCHEExisten dos opciones ambas por la N-1 (E5). La 2ª opción y la más cómoda sería continuar por la N-1 (E5) hasta la salida 79 (M-976) La Serna del Monte-Braojos. ![]() AUTOBUSES195 Madrid (Pza. Castilla)191 A Buitrago (Pza. Castilla) 191A Desde Buitrago |