A pesar de que muchos otros municipios pretenden haber sido la antigua Mantua Carpetanorum, solo a través de innumerables estudios efectuados sobre restos y vestigios se podría confirmar, aunque no con certeza, que ese honor corresponde a Villamanta, siendo la ciudad que se erigió en territorio conquistado por los romanos a los carpetanos, poniéndola el nombre de Mantua Carpetanorum en honor a la lejana Mantua.
El topónimo de Manta se debería a que los primitivos habitantes a la hora de decir Mantua decían Manta y Villa por el rango que después le otorgó Felipe IV.
Gentilicio: Mantuanos/as - Villamanteños/as - Villamanteros/as.
Aunque no hay evidencias directas de ocupación prehistórica en Villamanta, su entorno natural, dominado por el arroyo Grande y tierras fértiles, sugiere que no fue ajeno a los movimientos humanos desde épocas antiguas. Fue, sin duda, zona de paso y de aprovechamiento agrícola desde tiempos inmemoriales.
Villamanta ha sido objeto de una larga controversia arqueológica al haber sido identificada, desde las Relaciones Topográficas de Felipe II de1576, con la enigmática Mantua Carpetanorum, una de las ciudades mencionadas por Ptolomeo en su Geographia. Aunque se ha descartado que pueda ser Madrid o Talamanca, tampoco se ha podido confirmar su ubicación exacta en Villamanta. Lo cierto es que el término ha proporcionado abundantes hallazgos de época romana: monedas, mosaicos, restos de edificaciones, necrópolis y un aljibe de opus signinum, lo que indica una importante presencia romana desde el siglo II hasta el IV d.C., especialmente en la vega del arroyo Grande.
En el siglo XI durante la expansión cristiana hacia el sur, Villamanta quedó incorporada en la Tierra de Segovia, como parte de la estrategia de repoblación del Reino de Castilla. La zona se mantenía aún muy despoblada, y aunque no se documenta un núcleo estable en este siglo, es probable que se asentaran pequeños grupos dedicados al pastoreo o la agricultura.
El proceso de organización administrativa y territorial del siglo XII avanzó con la consolidación de los sexmos, divisiones de la Tierra de Segovia. Villamanta pasó a formar parte del sexmo de Casarrubios, dependiente directamente del concejo de Segovia, aunque seguía siendo un territorio de escasa población, con aprovechamientos comunales.
En el siglo XIII se mencionan ya algunos núcleos en torno a Villamanta. En 1270, la donación de tierras de Calatalifa cita a Villamanta como uno de los puntos de referencia del entorno. Aunque seguía siendo un lugar menor, su nombre aparece en documentos oficiales, lo que indica cierta continuidad habitacional o importancia estratégica.
Durante el Siglo XIV la presión de la nobleza sobre los territorios segovianos aumentó en esta centuria. Alfonso XI segregó Casarrubios del Monte de la jurisdicción de Segovia y lo donó a miembros de la nobleza. Aunque Villamanta no se menciona expresamente, su destino quedó ligado al de Casarrubios y pasó a estar bajo control señorial.
En el siglo XV Enrique IV donó Casarrubios del Monte y sus aldeas en 1468, entre ellas Villamanta, a Gonzalo Chacón, mayordomo de Isabel la Católica. Desde entonces, Villamanta quedó integrada en un señorío nobiliario, lo que determinaría su dependencia durante los siglos siguientes. La población seguía siendo escasa, dedicada a la agricultura de subsistencia.
En el siglo XVI Villamanta formaba parte del señorío de Casarrubios del Monte, bajo jurisdicción del conde. Era lugar pobre, agrícola, sin hidalgos, con una población cercana a los 250 vecinos. Destacaban los cultivos de trigo, cebada y vid, y el aprovechamiento de la cañada Real Segoviana. La vida municipal se regulaba por ordenanzas desde 1568, y en lo eclesiástico pertenecía al arzobispado de Toledo. La iglesia de Santa Catalina y varias ermitas fueron construidas en este siglo. El núcleo urbano estaba formado por casas de tapial y una estructura orgánica sin calles formales.
Durante el siglo XVII, Villamanta logró su independencia de Casarrubios del Monte en 1625, al obtener el privilegio de villazgo de Felipe IV, pagando 610.000 maravedís. En 1644, consiguió también el privilegio de vehetría, impidiendo que hidalgos pudieran establecerse allí con exenciones fiscales. El siglo estuvo marcado por litigios con la Mesta y con otros pueblos por el uso de dehesas y aprovechamientos comunales. A pesar de una grave despoblación por epidemias, la villa conservó cierta organización y recursos para contratar un médico y mantener sus infraestructuras.
En el siglo XVIII Villamanta continuó como villa de señorío, perteneciente al conde de Miranda, quien nombraba alcaldes y regidores. El Catastro de Ensenada de 1751 registra 60 vecinos y una economía centrada en el cultivo del viñedo, cereales y pequeñas huertas. La ganadería era escasa. La villa mantuvo continuos pleitos por el uso de tierras y pastos con la ciudad de Segovia y con municipios como Navalcarnero. En 1781 se acometieron obras importantes en la fuente del Caño Viejo, infraestructura clave para el abastecimiento de agua.
Villamanta inició el siglo XIX como villa de señorío, integrada en la provincia de Madrid tras la reforma provincial de Javier de Burgos de 1833, pasando a depender del partido judicial de Navalcarnero. La villa permaneció ajena a los grandes acontecimientos bélicos, aunque sufrió el impacto de las requisas durante la Guerra de la Independencia. En lo demográfico, una epidemia de paludismo a principios de siglo diezmó su población. Durante la centuria se acometieron obras públicas como el nuevo cementerio (1857) y la construcción de escuelas (1892). La economía siguió centrada en la agricultura y el viñedo, con industria prácticamente inexistente. Las fuentes y el pósito municipal fueron objeto de reformas continuas.
En el siglo XX la población creció lentamente hasta 1930, retrocediendo luego por la Guerra Civil y la emigración hacia Madrid. El municipio inició su transformación urbanística en los años 50, con la llegada de nuevas promociones de viviendas, fundamentalmente de segunda residencia. La actividad agraria fue perdiendo peso frente a los sectores industrial y terciario. Se construyeron un nuevo cuartel de la Guardia Civil, un centro cultural, un centro de salud y se rehabilitó el Ayuntamiento. También se urbanizaron las zonas próximas a la ermita del Socorro y surgieron barrios como La Arboleda, Las Cruces, La Guindalera o La Estación.
En las primeras décadas del siglo XXI Villamanta se ha consolidado como un municipio con creciente actividad residencial y urbanística. Las segundas residencias han ido transformando el antiguo paisaje rural. A nivel económico, ha experimentado un aumento en el pequeño comercio y la mediana empresa, si bien su identidad histórica permanece ligada a su origen agrícola y a la riqueza arqueológica que atesora, en especial en la zona del arroyo Grande. La protección del patrimonio arquitectónico y natural ha sido una de las líneas de actuación en las últimas décadas, destacando la rehabilitación del parque del Arroyo Grande y la ordenación de la plaza Juan Carlos I.
Vamos a empezar nuestra visita a Villamanta por uno de sus extremos ya en dirección a Aldea del Fresno.y donde dejaremos aparcado el coche.
En este lugar se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de la Virgen del Socorro. Construida en el siglo XVI en mampostería y paños de ladrillo visto a la que se le ha añadido hace unos años un pórtico con tres vanos frontales de arco de medio punto siendo el central más grande que los otros dos, igualmente a ambos lados se levantan sendos arcos de medio punto. Este pórtico lleva a la puerta de acceso con dintel de granito que descansa sobre jambas del mismo material.
En la parte superior se ubica una pequeña espadaña de época mas reciente donde se ubica una campana, una cruz y una especie de orla metálica con el nombre de la ermita. En su interior de planta rectangular, se encuentra la talla de la Virgen del Socorro, patrona del pueblo y cuya antigüedad se desconoce.
En el exterior se encuentra el bonito paseo acondicionado en los años 90 que conduce a esta ermita desde el pueblo.
Abandonamos de momento este lugar para dirigirnos por el Camino de las Cruces en dirección al centro del pueblo, hasta el cruce con la Calle del Caño donde se encuentra la Fuente de los tres caños.
Se trata de una fuente-abrevadero posiblemente construida a principios del siglo XX, con un pilón rectangular de granito, situado en un espacio semi hundido con respecto a su entorno y apoyado en una pared de mampostería de la que salen curiosamente dos únicos caños, seguramente el tercero se debió taponar en alguna de sus rehabilitaciones.
Desde este último lugar nos dirigimos por la Calle Barrio Nuevo hasta llegar a la Fuente del Caño Viejo, cuyo año de construcción se desconoce. Se sabe que en 1819 era la única fuente existente en el pueblo en esa época, año en el que precisamente se acordó iniciar unas obras de acondicionamiento de la misma llevadas a cabo siguiendo el proyecto del arquitecto José Llorente, y ejecutadas por el maestro de obras Rufino Cortés y el maestro en fontanería Martín Andrada
Estas obras de acondicionamiento resultaron ser un fracaso por haberse encontrado algunas deficiencias sobre todo en la cabeza del viaje del agua en su reinaguración en el verano de 1821, por lo que a la vista de lo cual y sin que el arquitecto inicial diese señales de vida, se llamó al también arquitecto Leonardo Clemente, quien encontró numerosos defectos que había que reparar, y cuyos gastos corrieron por cuenta del Ayuntamiento.
Lo problemas con la fuente a pesar de las sucesivas obras no se solucionó, y en 1846 se tuvo que llamar a los maestros de obras Valentín González de Montes y Baltasar Alonso ambos de Navalcarnero, que consideraron que el desnivel de la cañería que conducía el agua a la fuente no era el suficiente, teniendo que subir el pilón unos metros más arriba, dejándola en el lugar donde en la actualidad se encuentra. Sin embargo y a pesar de todas estas obras, finalmente en 1896 se acuerda que el agua sobrante del caño público solo debería de usarse como abrevadero para el ganado, prohibiéndose cualquier otro uso.
Se trata de una fuente con muro de ladrillo con único caño que sale del mismo. Se encuentra en un espacio bajo ras del suelo que la rodea con una pequeña escalinata al lado derecho según se mira. Todo el muro se encuentra rematado por un cubre muros de granito.
Continuamos nuestro recorrido por la Calle del Caño hasta llegar a la Calle Real donde giraremos a nuestra derecha hasta llegar a la Iglesia Parroquial de Santa Catalina. Comenzada a construir a principio del siglo XVI, posiblemente sobre los restos de otra mas antigua, y terminada hacia mediados del siglo XVII. Se cree que el autor de los planos, fue el maestro cantero Juan Francés que a su vez estaba trabajando en la iglesias de Getafe y Navalagamella, aunque no se descarta que fuese su ayudante Villarroel quien fuese el autor de los mismos. El templo ha sufrido distintas restauraciones y ampliaciones a lo largo de los años, como la construcción de la casa rectoral contigua a la torre en 1955. Un incendio en 1976 destruyó la zona central, posteriormente se eliminó el coro, se reestructuró la torre y se retejo con teja plana.
El edificio se encuentra rodeado por un atrio cerrado en todo su perímetro por un muro de mampostería y ladrillo, rematado por una albardilla o tejadillo voladizo de piedra en el que de trecho en trecho están situadas las típicas bolas escurialenses, apoyadas sobre un cuerpo en forma de pirámide truncada. El mencionado atrio posee dos entradas, una principal a la que se accede mediante unas escalinatas y cerrada con una puerta metálica con candado, estando la otra en el lado opuesto y cerrada igualmente con una puerta metálica y otro candado, esta última a ras de suelo lo que permite el acceso a personas con dificultades de movilidad o con sillas de ruedas.
A un lado del atrio se encuentra un cruceiro de granito datado en 1641 levantado sobre cuatro gradas y con un fuste que presenta un ligero abultamiento y base cuadrada. Presenta capitel compuesto en el que se levanta la cruz rematada en sus tres extremos por sendas bolas de piedra.
La torre de planta cuadrada y tres cuerpos con distinta fábrica. El primero de mampostería con una pequeña ventana en uno de sus lados. El segundo con cajones de mampostería separados por filas de ladrillo para dar mayor consistencia y en las esquinas refuerzos del mismo material, en este cuerpo existe una ventana de medio punto. Sobre este cuerpo se levanta un tercero construido en ladrillo en el que se abren cuatro vanos de medio punto que albergan sendas campanas. Se remata el conjunto con una cornisa de ladrillo con cubierta de teja curva a cuatro aguas. A la torre-campanario se accede desde el exterior del templo mediante una escalera existente en el atrio y adyacente al ábside ochavo reforzado con contrafuertes.
El interior techado con artesonado de madera, consta de tres naves separados por arcos de medio punto de sillería que se apoyan en columnas adosadas, con un arco toral da paso a la capilla mayor ochavada con el retablo reconstruido ya que el original se destruyó en un incendio. A los pies del templo, sustentado por dos pilares se emplaza el coro de nueva construcción en sustitución del antiguo fabricado en 1757. Así mismo se pueden ver diversas imagines datadas entre el siglo XVII y XIX.
Museo casa del tío Breva. Casi adyacente a la iglesia se encuentra este caserón del siglo XVI que cuenta con varias galerías subterráneas, que en la actualidad se están rehabilitando para ubicar una sala de exposiciones. El caserón según placa existente en su fachada fue la Casa del Cura de Casarrubios.
ESte edificio durante años ha tenido diferentes destinos. En el siglo XVIII sufre una ampliación para convertirlo en un almacén de trigo. En el siglo XIX se instala en el mismo la carnicería. En 1997 se inició la rehabilitación para alojar el patrimonio arqueológico, etnográfico y cultural del municipio, la misma se concluyó en el 2006, este proyecto ha sido apoyado por la Asociación Cultural de Amigos de la Mantva Carpetanorvm.
El Museo alberga cinco espacios y unas galerías subterráneas que fueron usadas como bodegas, en las que se han encontrado unos arcos que pudieran ser datados del siglo II a.C.. En su página WEB se puede encontrar todo el contenido del museo.
A pocos metros de la iglesia, en al calle José Juan Aracil esquina con la Travesía del Molino, se encuentran las muelas restauradas del viejo Molino Aracil. El antiguo edificio, en la actualidad convertido en viviendas, estaba datado a principios de los años 20 del siglo XX con planta rectangular y construido con fábrica de mampostería encalada con refuerzo de ladrillo en las esquinas.
La rehabilitación del edificio para convertirlo en viviendas se ha llevado a cabo por el proyecto de 1998 de la arquitecta María Jesús Fernández López. Para la construcción de dichas viviendas se procedió ala vaciado del interior y levantando en su altura dos plantas, así como realizando algunas transformaciones en la fachada para lograr una ventilación e iluminación adecuadas. Destaca su fachada sudoeste donde se han colocado plantas trepadoras que recorren toda su superficie.
Hospital de Pobres y Viandantes. Retrocedemos hasta la Plaza de la Constitución hasta llegar a la Calle Real y girar nuestra derecha para llegar hasta la Plaza del Cerrillo y encontrarnos con este edificio en estado ruinoso. Se trata de una casona de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII de planta irregular con cubierta de teja a dos aguas, con fachada de mampostería con hileras de ladrillo, que presenta una puerta con dintel de piedra de una sola pieza, apoyado en jambas del mismo material y dos ventanas con rejería de aquella época. El edificio fue propiedad de Bartolomé Hernández, que lo donó para la instalación del mencionado hospital.
Para su mantenimiento se emplearon dos donaciones, la hacienda del sacerdote Sebastián Sánchez y unas tierras donadas por Catalina Hernández que se arrendaron para cubrir algunos de los gastos. Dejó de usarse como hospital a finales del siglo XIX.
Desde aquí nos dirigimos por la calle que sale de frente al Hospital llamada Calle de San Antón y girar a nuestra izquierda por la Calle José García Nuñez hasta la Plaza del Rey Juan Carlos I donde se encuentra el Edificio del Ayuntamiento. Se trata de una construcción posiblemente levantada con anterioridad al siglo XVII, aunque los primeros documentos en los que aparece como construcción datan de 1788 a propósito de una reforma que se debe de efectuar en el mismo. A partir de esta fecha el edificio ha venido sufriendo diversas modificaciones a los largo de los años alterando su estructura y dedicándose a cárcel, escuela y una habitación para el maestro.
Actualmente el edificio presenta dos plantas, la baja recorrida por un pórtico y la superior por una galería sustentados en ambos casos por pilares de fundición. En la planta superior se encuentran cuatro ventanas y un balcón, mientras que la baja se encuentra la puerta de entrada, una ventana a un lado y una puerta pequeña al otro, Mientras que en los laterales del pórtico se encuentran una puerta y otra ventana.
El edificio se encuentra en su totalidad encalado, cubierta a dos aguas con teja curva y un cuerpo cuadrado retranqueado en su centro en el que esta ubicado un reloj. Sobre este cuerpo se encuentra un entramado metálico con tres campanas.
En la misma plaza se encuentra el edificio de las antiguas escuelas, edificadas en 1892 según proyecto del arquitecto Daniel Zabala y Álvarez, siendo inauguradas el dos de febrero de 1896, estando en funcionamiento como escuelas durante más de ochenta años.
El edificio presenta una planta rectangular con dos alturas; situándose en la planta baja una gran aula, que se convertiría en dos siguiendo la costumbre, una para niñas y otra para niños, que se comunicaban con los guardarropas y estos, a su vez, con cada uno de los vestíbulos, que tenían sus entradas independientes y simétricas, desde la calle, situadas en la fachada que da a la plaza. La planta superior estaba ocupada por dos viviendas idénticas para los maestros, con entrada independiente de las escuelas.
Se encuentra levantado con muros de ladrillo visto, con una imposta igualmente de ladrillo que recorre todo el edificio a la altura de los forjados del piso, material que se emplea igualmente para recuadrar puertas y ventanas. La fachada se encuentra rematada por ambos extremos con sendas pilastras de ladrillo. La cubierta a dos aguas es de teja curva sobre alero de ladrillo que forma una especie de canecillos.
El edificio fue restaurado para instalar un Centro Cívico, conforme al proyecto de 1998 por el arquitecto de la Dirección General de Administración Local de la Consejería de Medio Ambiente Antonio Azcona Olivera. En estas obras se ha vaciado totalmente el interior, ampliándose la parte posterior.
Desde aquí retrocedemos hasta la Ermita de Nuestra Señora del Socorro para coger el coche y dirigirnos por el Paseo de la Estación hasta la Antiguo Apeadero de Ferrocarril que formaba parte de la linea de ferrocarril de vía estrecha que comunicaba Madrid con Almorox y que tuvo tres fases de construcción:
La primera entre Madrid y Navalcarnero con 31.532,70 metros de longitud e inaugurada el 15 de junio de 1891.
La segunda entre Navalcarnero y Villa del Prado pasando por Villamanta con 20.230,70 metros de longitud e inaugurada el 26 de diciembre de 1891.
La tercera entre Villa del Prado y Almorox con 11.661,60 metros de longitud e inaugurada el 28 de julio 1901.
Eta línea estuvo funcionando desde 1891 hasta 1970, cerrándose primero el tramo Navalcarnero - Almorox en 1965 y el tramo Madrid - Navalcarnero en 1970
El edificio presenta planta rectangular y dos alturas, encontrándose en la planta baja una puerta de entrada y tres ventanas rematas con arcos de medio punto. A la planta alta se accede mediante una escalera ubicada a la derecha del edificio según se mira y que al parecer en mi visita se encontraba habitada.
A escasos metros de este punto se encuentra en estado ruinoso los restos del edificio que albergaba las Bodegas Zorrilla que seguramente fueron construidas a finales del siglo XIX. El edificio estaría constituido por una nave rectangular construida enteramente con ladrillo con zócalo de cemento y cubierta a dos aguas.
Frente a este edificio se encuentra una prensa de vino que ha sido recogida en el Catálogo de Bienes a proteger de las Normas Subsidiarias por tratarse de un resto de arqueología industrial
Con esta visita terminamos nuestra estancia de unas horas en Villamanta.
SAN BLAS. 3 de febrero. Misa, procesión, corte de leña y hoguera por parte de los mozos.
NUESTRA SEÑORA DE LA VIRGEN DEL SOCORRO. 21 de mayo. Celebración de las fiestas mayores con misa, procesión, eventos deportivos, juegos, festejos taurinos y bailes.
SANTA CATALINA. 25 de noviembre. Romería en honor a esta santa
Fuentes: Folletos Comunidad de Madrid, WEB Ayuntamiento, COAM, ChatGPT y Paneles explicativos.
![]() Ayuntamiento
Plaza del Rey Juan Carlos I, 1 28610 Villamanta Tfno: 918 13 60 01
Distancia a Madrid: 46,8 KM Municipios colindantes
Navalcarnero EN COCHEPor la A5 hasta salida 32 dirección Aldea del Fresno por la M-507 hasta llegar a Villamanta ![]() AUTOBUSES541 Madrid (Príncipe Pío)545 Madrid (Príncipe Pío) 546 Madrid (Príncipe Pío) 547 Madrid (Príncipe Pío) 548 Madrid (Príncipe Pío) |