Se cuenta que un zapatero procedente del vecino pueblo de Colmenar del Arroyo, se instaló aquí e hizo venir a sus parientes y paisanos que igualmente eran chapineros. Como quiera que se juntaron unos cuantos y en lugar había abundante materia prima para su trabajo, le pusieron el nombre de Chapinería que significa lugar donde se confeccionan Chapines es decir calzado.
Gentilicio: Chapineros/as.
Desde tiempos prehistóricos, el territorio donde hoy se encuentra Chapinería fue un refugio para tribus cazadoras que recorrían la cuenca del río Perales en busca de alimento y cobijo. A lo largo de los siglos, el paisaje de encinas y pastizales fue testigo del paso de distintas civilizaciones.
Durante la época visigoda, surgieron las aldeas de La Ventilla y Becerriles, cuyos vestigios aún se encuentran dispersos en los campos que rodean el municipio. En uno de estos antiguos poblados, se hallaron sepulturas y vasijas de cerámica que datan del siglo VII, señal de una comunidad próspera que subsistía del pastoreo y la agricultura.
La invasión musulmana, sin embargo, alteró el equilibrio de la región. Aunque la presencia islámica dejó huella en los territorios vecinos, en Chapinería su impacto fue menor. Durante siglos, la zona permaneció despoblada o habitada solo por pequeños grupos de campesinos y pastores que sobrevivieron en la incertidumbre de una frontera cambiante.
Con la Reconquista avanzando hacia el sur, los monarcas castellanos impulsaron la repoblación de estas tierras. En 1208, Alfonso VIII integró el territorio en el Sexmo de Casarrubios, bajo la jurisdicción de Segovia. Esta donación fortaleció la presencia cristiana y permitió el desarrollo de nuevas aldeas y pastizales para la ganadería trashumante. Sin embargo, en los registros medievales de la época, Chapinería aún no figuraba como un asentamiento consolidado. La primera mención de una comunidad en la zona aparece en 1350, en el Libro de la Montería de Alfonso XI, donde se menciona el despoblado de Fuente Encalada, un enclave que más tarde quedaría en el olvido.
No fue hasta el siglo XV cuando las majadas pastoriles dispersas comenzaron a consolidarse en un pequeño núcleo de población. En torno a las actuales calles del Risco, Infantas y Oriente, los pastores empezaron a construir viviendas más permanentes, aprovechando el suelo firme y rocoso de la zona. Este asentamiento dependía de la cercana Colmenar del Arroyo, pero su crecimiento progresivo lo llevó a adquirir cierta identidad propia. A su alrededor, los campos de Las Heras y Verdinal proporcionaban tierras fértiles para el cultivo y el pastoreo, sentando las bases de la futura villa.
A mediados del siglo XVI, Chapinería ya estaba consolidada como un caserío estable. En un mapa de la época, el pueblo aparece reflejado sin nombre propio en el camino entre Colmenar del Arroyo y Aldea del Fresno. Sin embargo, ya en 1565, se registraron los primeros matrimonios en los libros parroquiales, una señal de que el asentamiento había alcanzado la madurez suficiente como para contar con su propia comunidad eclesiástica.
En esta época, la aldea coexistía con la antigua aldea de Becerriles, que en 1581 aún tenía siete vecinos. Sin embargo, a medida que Chapinería crecía, los poblados vecinos fueron desapareciendo hasta quedar en ruinas.
En el siglo XVII, Chapinería logró su independencia de Colmenar del Arroyo y de la Ciudad de Segovia. En 1626, acogió las disposiciones establecidas en un decreto de 1621 que permitía a los lugares dependientes emanciparse previo pago a la Real Hacienda. Finalmente, el 1 de octubre de 1630, Felipe IV otorgó a Chapinería la carta de villazgo, conservada en el Archivo Municipal, lo que permitió a la villa nombrar sus propias autoridades y establecer horca y cepo.
Por entonces, Chapinería contaba con unos cincuenta vecinos, que en el Censo de Donativos de 1637 ascendían ya a 73. Este aumento poblacional hizo necesaria la reconstrucción y ampliación de la iglesia parroquial, ya que, según un documento de la época conservado en el Archivo Histórico de Protocolos de Toledo, la iglesia era demasiado pequeña y estaba en ruinas.
Hacia mediados de siglo, la villa pasó a formar parte de un señorío nobiliario. Inicialmente, Chapinería quedó vinculada al Conde de Villafranca de Gaitán, quien recibía tributos de la villa. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo, la villa pasó a manos de los Marqueses de Villanueva de la Sagra, un linaje aristocrático que consolidó su dominio en la región. Esta familia, asentada entre Madrid y Toledo, decidió construir un palacio en Chapinería, que se convirtió en símbolo de su poder y residencia de recreo.
Diversas casas de esta época aún se conservan, como la situada en la calle Prudencia Melo, fechada en 1697, o la de la plaza del Mediodía, de 1699. La presencia de los marqueses fortaleció la estructura administrativa y económica del pueblo, favoreciendo su desarrollo.
A mediados del siglo XVIII, Chapinería formaba parte de los dominios del Conde de Villafranca de Gaitán, a quien los vecinos pagaban tributos. Según el Catastro de Ensenada de 1752, la villa tenía 215 vecinos y 262 casas, y su economía giraba en torno a la agricultura y la ganadería. Los cultivos más importantes eran el trigo, la cebada y el centeno, complementados con viñas, olivares y huertos. En sus tierras pastaban rebaños de ovejas, vacas y cerdos, mientras que algunos vecinos transportaban carbón y leña a Madrid para ganarse la vida.
A finales del siglo, la villa experimentó un crecimiento demográfico, alcanzando los 1.088 habitantes en 1787. En este periodo se construyeron varias infraestructuras, como la ermita del Santo Ángel de la Guarda, que se convirtió en un centro de devoción para los habitantes de la zona.
El siglo XIX comenzó con la Guerra de Independencia, que trajo consigo conflictos en la villa. En 1811, el guerrillero Fernández Garrido fue capturado en Chapinería por tropas francesas. Ese mismo año, las Cortes de Cádiz abolieron los señoríos, liberando a la villa de su dependencia feudal. Tras la guerra, la población sufrió un descenso demográfico, reduciéndose a 917 habitantes en 1826. Sin embargo, la economía siguió basándose en la agricultura, la ganadería y la explotación de canteras. La villa pasó a formar parte de la provincia de Madrid en 1833 con la reforma territorial de Javier de Burgos, integrándose en el partido judicial de Navalcarnero.
Las desamortizaciones de Mendizábal (1836) y Madoz (1855) provocaron cambios importantes, vendiéndose tierras eclesiásticas y comunales, lo que llevó a una deforestación acelerada de los montes cercanos. A finales de siglo, Chapinería tenía 950 habitantes, y su economía se mantenía estable gracias a la producción de trigo, vino, aceite y cerámica.
A comienzos del siglo XX, Chapinería empezó a modernizarse. En 1915, se instaló la primera red eléctrica, y en 1921 se inauguró un nuevo ayuntamiento. La Guerra Civil causó grandes daños en la villa, con enfrentamientos que destruyeron varias edificaciones. Tras la guerra, en 1949 se reconstruyó la iglesia, y en 1957 se inauguró una clínica rural.
Durante los años 60 y 70, la economía sufrió un declive, con una reducción drástica de la agricultura y la ganadería. En paralelo, la cercanía a Madrid favoreció la llegada de nuevas urbanizaciones como Las Mercedes y Valquigoso, lo que impulsó el crecimiento de viviendas de segunda residencia. En 1980, la villa se integró en el Consorcio de Abastecimiento de Agua de la Sierra de Guadarrama, garantizando el suministro para su creciente población. Además, se mejoraron infraestructuras como el alcantarillado y el polideportivo, y en 1990 se aprobaron las Normas Subsidiarias de Planeamiento, regulando el desarrollo urbanístico.
En las primeras décadas del siglo XXI, Chapinería ha seguido evolucionando. Su población ha crecido gracias a su cercanía a Madrid, y aunque sigue conservando su esencia rural, la expansión de urbanizaciones y servicios ha transformado su identidad. A día de hoy, es un lugar donde conviven la tradición con la modernidad, manteniendo su historia viva en sus calles, edificios y paisajes.
Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción. Construida en siglo XVII durante el reinado de Felpe II en el mas puro estilo herreriano con muros de granito y sillares lisos. Presenta planta rectangular, una sola nave con la sacristía en un lateral y coro retranqueado. Destaca el retablo mayor del siglo XVIII de madera policromada y estilo churrigueresco en cuyo centro se encuentra la talla de la Purísima Concepción datada en el siglo XVI.
Del exterior destaca la torre-campanario tratándose de un añadido posterior de 1670 de planta cuadrada y tres cuerpos separados por impostas con cubierta de pizarra, presentado en el último dos arcos de medio punto en los lados frontal y trasero, mientras que en los laterales solo existe un arco de medio punto mas grande en cada uno de ellos, La entrada principal con puerta adintelada, se encuentra cubierta por techumbre de pizarra sustentado por dos columnas toscanas de granito. Existe otra puerta lateral con los mismos rasgos arquitectónicos que la principal.
Ermita del Santo Ángel. Curiosa construcción del siglo XX que al parecer no tiene cimientos por encontrase edificada sobre una gran lancha de granito.
El interior muy sencillo pero acogedor con paredes de piedra y un bonito techo con vigas de madera, con un pequeño retablo y altar igualmente de piedra. Al fondo en la derecha vemos la estatua de la Virgen del Carmen y a la Izquierda la del Santo Ángel de la Guarda, del siglo XVIII patrón menor de la localidad. Como curiosidad en el dintel de la puerta que debe de ser la sacristía, se ve una inscripción de AVE un símbolo que no se su significado y la fecha de 1796.
En el exterior nos encontramos con un pequeño pórtico soportado por cuatro soberbias columnas de granito y una espadaña con dos huecos para sendas campana. Frente a la entrada y unos metros adelantada, una mesa de piedra que supongo que hará las veces de altar.
Palacio del Marquesado de Villanueva de la Sagra. Construcción típica de la época del señorío en los pueblos de la Comunidad de Madrid de la primera mitad del S.XVII. Construido por los Marqueses de Villanueva de la Sagra en un principio como palacete de caza para terminar siendo su residencia habitual.
En esta ocasión nos encontramos con una entrada de puerta de estilo renacentista adintelada con dovelas y remate triangular. El patio se encuentra bordeado por una galería con cubierta de madera y columnas toscanas de granito.
En un principio el palacio contaba con otros dos patios traseros con edificios para caballerizas, cocheras, graneros, almacenes y habitaciones del servicio. La gran extensión de los terrenos incluía jardines y huertas. A este lugar solía venir Felipe II para participar en la cacería de osos, que por aquel entonces eran muy habituales de estos parajes.
Tras dejar el lugar los herederos del Marquesado, este lugar tuvo diferentes uso como el de casa de recreo del Arzobispado de Madrid entre 1920 y 1930. Durante la guerra civil se uso como polvorín y posteriormente como preventorio para niños de padres leprosos del Patronato del Niño Jesús del Remedio. Durante los años sesenta del siglo XX todo el complejo fue victima de deterioro y abandono, hasta que en 1990 fue incluido en el catálogo de bienes protegidos del municipio de Chapinería con protección integral y la Comunidad de Madrid inició un proceso de rehabilitación de las cubiertas.
En 1994 fue adquirido por el Ayuntamiento, que llevó a cabo un proceso de restauración hasta 2003. Actualmente, se destina a diferentes dependencias, centro de dinamización turística, CAPI y biblioteca.
Refugio de caminantes. Conocido también como el Bombo, se trata de una construcción del año 1750 realizada en planta cuadrada con muros de sillería bien labrada, y como curiosidad con 5 chimeneas en la bóveda de ladrillo y piedra.
En la puerta nos encontramos con un dintel grabado con los tres clavos de cristo y el anagrama o cristograma IHS coronado por una cruz en el centro y abajo la fecha de construcción que para ser sinceros no logre verla bien.
Según ha llegado a nuestros días, se sabe que su uso era dar refugio y cobijo a los caminantes del camino real que llevaba de Madrid a San Martín de Valdeiglesias o viceversa.
El Calvario. En Chapinería existe un Vía Cruces con trece cruces de granito que van desde la situada en la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, pasando por la ubicada en la Ermita del Santo Ángel y terminando en una inmensa plataforma de granito, en cuyo punto más alto y sobre una gran losa se erigen tres cruces, estando las laterales truncadas. Se trata de un monumento del siglo XVIII en un paraje único.
SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA. Último domingo de febrero. Fiestas patronales con sentido religiosos. Traslado desde su ermita hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, lugar en el que permanece hasta la procesión, celebrada el domingo anterior al primer lunes del mes de marzo, y finalizada con el regreso de la imagen. Baile del rondón en la salida de la imagen para llevarla de nuevo a la ermita, donde se procede a la tradicional puja de varas.
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. Primer fin de semana de octubre durante seis días, teniendo en cuenta que son las más tardías de la Comunidad de Madrid. Durante estos días se cuenta con diversas orquestas y Dj’s, fuegos artificiales, actividades culturales y deportivas, actos religiosos, el tradicional mercado de artesanía. atracciones, tómbolas, demás puestos de venta y festejos taurinos que se celebran el lunes al ser festividad en el pueblo.
Fuentes: Folletos Comunidad de Madrid, WEB Ayuntamiento, COAM, ChatGPT y Paneles explicativos
![]() Ayuntamiento
Plaza de la Constitución, 1 28694 Chapinería Tfno: 91 865 20 12
Distancia a Madrid: 63,4 KM Municipios colindantes
Villamantilla EN COCHEPor la A6 hasta salida M-40 dirección Centro Comercial y continuar por esta hasta salida 36 para dirigirse por la M-501 (San Martín de Valdeiglesias) hasta Chapinería ![]() AUTOBUSES551 Madrid (Príncipe Pio) |