No se sabe a ciencia cierta la procedencia del nombre de Madarcos. Según los latinistas pude derivar de la palabra "Madens-ntis" que viene a significar humedecido o mojado. Por el contrario los arabistas dicen que viene de la palabra árabe "Madara" que lo que quiere decir es villorrio (población casi sin urbanizar y con escasas comodidades).
Gentilicio: Madarqueños/as - Madarquinos/as
Antes de que existieran caminos o nombres para designar la tierra, la zona que hoy conocemos como Madarcos era un vasto territorio de montes y pastizales surcados por arroyos. No hay restos arqueológicos que confirmen presencia humana en esta época, pero es probable que pequeños grupos de cazadores-recolectores recorrieran estas tierras en busca de alimento, siguiendo las migraciones de ciervos y jabalíes.
El imperio romano dejó su huella en la región, pero no hay evidencias de un asentamiento fijo en Madarcos. Es posible que caminos secundarios de la calzada romana que unía Complutum (Alcalá de Henares) con Segovia pasaran cerca, permitiendo el tránsito de comerciantes y legionarios. Sin embargo, esta zona montañosa permaneció en gran parte inexplorada y salvaje.
En el siglo VI tras la caída del Imperio Romano, los visigodos consolidaron su dominio en la península ibérica. Sin embargo, no hay evidencias de asentamientos en lo que hoy es Madarcos. Es posible que algunos grupos de pastores utilizaran estos montes como zonas de paso o refugio temporal, pero la zona permanecía en gran parte despoblada, formando parte del amplio territorio controlado por la ciudad de Complutum (Alcalá de Henares).
La estructura territorial visigoda en el siglo VII, se basaba en una red de pequeñas aldeas y propiedades rurales, pero no hay constancia de que existiera un núcleo estable en Madarcos. Es probable que la zona estuviera cubierta de bosques y utilizada esporádicamente para la caza o la recolección. En estos años, el reino visigodo enfrentaba conflictos internos y presiones externas de los francos y los bizantinos.
En el siglo VIII los musulmanes en el año 711 invadieron la península y conquistaron rápidamente la región. La zona de Madarcos quedó dentro de la Marca Media, una franja de tierra fronteriza entre los territorios islámicos y los reinos cristianos del norte. Durante este siglo, la sierra madrileña se convirtió en una zona poco poblada y peligrosa, escenario de incursiones militares y refugio de grupos bereberes y rebeldes.
Durante el siglo IX el territorio continuó siendo una zona de nadie entre los musulmanes y los cristianos. Aunque algunas fuentes mencionan la existencia de torres de vigilancia y pequeñas fortificaciones en la sierra, no hay evidencias claras de ocupación en Madarcos. Los caminos que cruzaban la región eran utilizados por comerciantes y tropas, pero no se formaron asentamientos estables debido a la inestabilidad política.
Los reinos cristianos del norte en el siglo X comenzaron a organizar expediciones de saqueo en la Marca Media, lo que obligó a los musulmanes a reforzar sus defensas en la región. A finales de siglo, algunos pequeños grupos de pastores pudieron haber comenzado a asentarse temporalmente en la zona, pero sin formar aún una aldea consolidada.
En el siglo XI Alfonso VI de León en el año 1085 conquistó Toledo y con ello toda la Sierra Norte pasó a manos cristianas. Este fue el inicio de un proceso de repoblación en el que se establecieron pequeñas aldeas vinculadas a la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. Es probable que en esta época surgiera el primer núcleo de población en el despoblado de La Nava, que más tarde daría paso a Madarcos.
Durante el siglo XII, el proceso de repoblación se intensificó gracias a la concesión de fueros y privilegios a las comunidades rurales. En 1208, Madarcos pasó a formar parte de la Tierra de Buitrago, un vasto territorio feudal dominado por la nobleza castellana. En esta época, pequeños refugios de piedra y madera servían de hogar a los primeros pobladores que trabajaban en la ganadería trashumante. El camino de Buitrago se convirtió en una vía de paso para comerciantes y pastores.
La consolidación del territorio bajo la jurisdicción de la Tierra de Buitrago durante el siglo XIII permitió el crecimiento de pequeñas aldeas. Se cree que en este siglo Madarcos empezó a tomar forma como un núcleo estable de población. Las cañadas reales facilitaron el desarrollo de la ganadería, que se convirtió en la principal fuente de sustento de los habitantes.
Durante el siglo XIV el pequeño pueblo de Madarcos sobrevivió a las crisis de la Baja Edad Media, cuando la peste y las guerras afectaron a toda Castilla. La ganadería continuó siendo la actividad predominante, y los pobladores construyeron chozas y corrales de piedra para resguardar el ganado. La parroquia de Santa Cruz de la Nava, situada en el despoblado de La Nava, servía como centro religioso para los habitantes de la zona. En el siglo XV el declive del poblado de La Nava y el crecimiento de Madarcos marcaron el final de la Edad Media. A finales de siglo, la aldea se consolidó como parte de la jurisdicción del Duque del Infantado. Las casas se construyeron con piedra y techos de madera cubiertos de teja árabe, y el trazado del pueblo siguió los caminos naturales que conectaban con Buitrago y Horcajuelo.
Durante el siglo XVI el pueblo de Madarcos mantuvo su estabilidad demográfica mientras otros núcleos cercanos se despoblaban. En esta época, el territorio estaba dividido en tierras de labor y dehesas comunales. El Camino de Horcajuelo se convirtió en la principal vía de acceso al pueblo. El pequeño núcleo seguía dependiendo de la parroquia de Horcajo de la Sierra, lo que evidenciaba su escasa entidad administrativa. El despoblado de La Nava quedó completamente abandonado en el siglo XVII, y sus tierras pasaron a formar parte de Madarcos y Paredes de Buitrago. La población era pequeña y la economía se basaba en la ganadería ovina y la producción de lino. En esta época se construyó la iglesia de Santa Ana, que se convirtió en el centro de la vida religiosa de la aldea.
A mediados del siglo XVIII, el Catastro de Ensenada registró 30 casas habitables en Madarcos. La principal actividad económica era el cultivo de lino y la cría de ovejas merinas, cuyo esquileo se realizaba en primavera. La comunidad tenía una dehesa boyal, utilizada para el pasto de los bueyes de labor. También se mencionan una fragua, una taberna del concejo y un molino harinero.
En el siglo XIX con la nueva división provincial llevada a cabo por Javier d e Burgos en 1833, Madarcos pasó de depender de Guadalajara a formar parte de Madrid. La población creció hasta los 231 habitantes en 1826, pero comenzó a descender en la segunda mitad del siglo debido a la crisis de la ganadería. El pueblo tenía una escuela, una casa consistorial y una iglesia, además de un pequeño cementerio. La actividad económica se diversificó con la producción de carbón vegetal y el comercio de lana. La construcción del camino de Buitrago mejoró las comunicaciones, pero la falta de oportunidades obligó a muchos jóvenes a emigrar.
A principios del siglo XX, Madarcos se mantuvo estable, pero la Guerra Civil y la posguerra marcaron su declive. En 1960 la población se redujo a 109 habitantes y en 1975 solo quedaban 52. La mecanización de la ganadería y la falta de servicios provocaron un éxodo masivo hacia Madrid. En la segunda mitad del siglo, se realizaron algunas mejoras en infraestructuras: se construyó una nueva escuela en los años 40 y se pavimentaron calles en los años 80. En 1991, el Ayuntamiento rehabilitó la antigua fragua y el lavadero como un bar, en un intento de atraer turismo rural.
En las primeras décadas del siglo XXi Madarcos sigue siendo el pueblo con menos habitantes de la Comunidad de Madrid, con 70 vecinos censados en el año 2024. Sin embargo, el turismo rural y la revalorización del entorno natural han impulsado iniciativas de rehabilitación y desarrollo sostenible. Se han implementado programas europeos como LEADER, destinados a fomentar el turismo y la conservación de la arquitectura tradicional.
Iglesia Parroquial de Santa Ana del siglo XVII consta de una sola nave con entrada lateral por un atrio en cuyos laterales se encuentran dos salas. Una con la pila bautismal que es el único elemento que queda de la iglesia original y en la otra una capilla. Igualmente se puede ver un retablo de 1734 y un relieve del siglo XVI.
Cabe destacar la espadaña cuenta con tres cuerpos separados con impostas y apoyada en un zócalo de sillería. Los dos primeros cuerpos están levantados con piedra enfoscada, mientras que el tercero con dos huecos de medio punto donde se alojan sendas campanas, y el frontón que lo culmina con otro vano igualmente de medio punto pero más pequeño que los anteriores, lo están en sillería, elemento que se encuentra en las esquinas del templo a modo de refuerzo. La espadaña se encuentra donde anteriormente estaba un coro elevado.
Situado frente a la antigua fragua hoy en día un local de hostelería, se encuentra el potro de herrar construcción donde antiguamente se herraba al ganado, siendo muy comunes sobre todo en la zona de la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid.
Constaban de dos hileras paralelas de tres postes cada una que comúnmente eran de granito aunque los más antiguos podrían ser de madera. Los dos pares más altos estaban unidos por palos de madera o varas metálicas, y estos a su vez con el par más bajo unidos de la misma manera.
Entre los postes del segundo par más alto se encontraba el yugo, lugar donde se fijaba la cabeza del animal para inmovilizarlo además de pasarle dos cinchas de cuero por la panza atadas a las varas metálicas o palos de madera. Una vez efectuada la faena del inmovilizado era cuando entraba el herrero primero para quitar las viejas herraduras, luego limpiar las pezuñas para terminar poniendo herraduras nuevas.
Situada detrás de la fragua se encuentra una fuente probablemente del siglo XVII construida en granito con un pilón rectangular al cual vierten sus aguas dos caños que salen de una columna del mismo material. El pilón citado tiene toda la pinta de haber sido un lavadero.
A unos metros de esta fuente, nos encontramos con otra de similar construcción con la diferencia que esta que cuenta con un solo caño situado en un muro triangular que vierte sus aguas asi mismo a un pilón rectangular con toda la apariencia de haber sido un abrevadero.
Apenas 150 metros desde la Fragua caminando por la calle Las Heras y después por el Camino de los Mayores, llegamos hasta El Reloj o la Piedra de las Veces
En la época medieval existían las llamadas Comunidades de Regantes, que estaban formadas por aquellos vecinos que poseían huertos y prados con derecho al agua de una reguera común.
Al tener las Comunidades mencionadas sus propias ordenanzas, tenían al frente una única autoridad que era el Alcalde de Reguera del que dependían el Guardia Aguador, el Escribano que a la vez era el que repartía el tiempo de riego entre los que tenían derecho al agua de la reguera, abriendo o cerrando las bifurcaciones existentes.
Para medir este tiempo se recurría a una especie de reloj de sol, una estaca alta clavada en el centro de una piedra circular, que en lugar de tener talladas las horas lo que se hacía era grabar tantas marcas como regantes existieran. A esta piedra se la llamaba "Piedra de las Veces" o "Piedra de las Partes".
SANTA ANA. 26 de Julio. Misa con procesión, eventos deportivos y verbena.
Fuentes: Folletos Comunidad de Madrid, WEB Ayuntamiento, COAM, ChatGPT y Paneles explicativos
Distancia a Madrid: 94.6 KM Municipios colindantes
Puentes Viejas EN COCHEExisten dos opciones ambas por la N-1 (E5). La primera es desviarse por la salida 79 dirección Piñuécar (M-132) hasta pasar este y salir a la M-127 y en apenas 2 km en dirección a Prádena se encuentra el desvío a Madarcos por la M-136.La segunda opción es el llegar hasta la salida 85-Horcajo de la Sierra (M-141) y pasando el mismo en dirección a Montejo desviarse por la M-136 a Madarcos. ![]() AUTOBUSES196 Madrid (Pza. Castilla)191 A Buitrago (Pza. Castilla) 191B Desde Buitrago |